Ventajas que hay de decidirse a invertir en fondos
Siempre he dicho que cada perfil de cliente tiene su producto ideal y que, además, puede que este cambie según varíen las circunstancias personales de cada uno en el tiempo. Pero si ya somos de los clientes que nos hemos identificado con los fondos de inversión, vamos a ver qué ventajas nos ofrecen estos productos frente a otros productos de ahorro.
Cuando metemos nuestros ahorros en un fondo, lo que hacemos realmente es comprar un determinado número de participaciones de ese fondo a un precio determinado. Cuando las vendamos, la diferencia de precio entre la compra y la venta es la que indicará el beneficio.
Como partícipes que somos del fondo, somos copropietarios de él, con lo cual, en caso de quiebra de la entidad financiera que tiene el dinero depositado o de la gestora que dirige este fondo, la propiedad no nos la quitará nadie y podremos cambiarla de entidad y de gestora ya que nosotros somos los únicos propietarios de esas participaciones y nunca se podrán ver afectadas en concursos de acreedores que surjan contra la entidad quebrada.
Cierto que no están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos en caso de quiebra de la entidad como lo están los depósitos bancarios, pero también es verdad que las gestoras suelen ser más experimentadas y diversifican mucho más los activos en los que invierten que las entidades financieras tradicionales, con lo cual también es más difícil que quiebren (aunque podría ser).
Los fondos de inversión realmente lo que hacen es invertir en otros activos. Renta fija, renta variable, renta mixta, inmuebles, materias primas,….., lo que se traduce en que se puede tener acceso a mercado de activos a los cuáles como clientes particulares no podríamos acceder. Es decir, con menos importe del que en muchos casos es necesario y sin tener que ser un experto en estos activos, se pueden acceder a mercados a los que como particular están vetados.
Otra ventaja que hay en los fondos de inversión frente a otros productos como por ejemplo los depósitos, es que podemos cambiar de fondos sin tener que tributar por los beneficios, cosa que no ocurre en los depósitos. Si cerramos un depósito y con el dinero y los beneficios abrimos otro, estos últimos los tendremos que declarar como ingresos, ya que abrimos un producto nuevo, mientas que en fondos de inversión, podemos cambiar de uno a otro que no se entiende un producto nuevo y, por lo tanto, no hay que declarar por los beneficios.
Optando por fondos de inversión garantizados, sabemos que si llegamos al final del plazo contratado inicialmente, nuestros ahorros no corren ningún tipo de riesgo, lo mismo que en los depósitos tradicionales.
Como ventaja importante en materia de fondos frente a otros productos, es el tratamiento fiscal de las ganancias, y más tras los cambios en la fiscalidad de las ganancias y pérdidas patrimoniales que han entrado en vigor a partir de primeros de este año.
Un ejemplo lo dejaría claro: ¿qué preferís, un depósito bancario a una rentabilidad o un fondo de inversión garantizado (capital e intereses) al mismo plazo?
En teoría sacaríamos lo mismo, pero los fondos de inversión permiten el diferimiento fiscal de las ganancias patrimoniales. Es decir, que hasta que no vendes las participaciones no se paga a hacienda.
Si esto se une a lo que dijimos antes de que podemos cambiar de fondo sin tener que tributar por las ganancias, la respuesta a la pregunta anterior es más sencilla.
Cuando vence un depósito bancario, de los intereses que recibimos hay una retención del 21% y además debemos de incluirlos en nuestra declaración. Si eso lo hacemos tres años seguidos, renovando anualmente el depósito, habremos pagado a Hacienda el 21% anual de retención más la parte que se nos vaya vía declaración de IRPF. Si en vez de esto hubiésemos tenido un fondo de inversión a 3 años, las ganancias se habrían ido acumulando año a año, ‘efecto bola de nieve’ y no tendríamos que haber metido anualmente en la declaración las plusvalías ya que no hemos realizado (vendido) nuestro fondo. Estamos realmente difiriendo el pago del impuesto, lo que implica que por ejemplo, a un plazo de tres años, un fondo de inversión permita obtener entorno al 15% más de rentabilidad que un depósito a plazo fijo que renovamos anualmente durante ese plazo?
Por lo tanto ¿qué deberíamos pensar para optar por los fondos frente a los depósitos? Sencillamente si puedo disponer de mis ahorros durante 3, 4, o 5 años y dejarlos inmovilizados. Si es así, siempre compensará económicamente el fondo de inversión frente a los depósitos. Claro está que nuestras circunstancias pueden cambiar y llevar al traste lo inicialmente pensado, pero ese riesgo está ahí siempre, con independencia del producto que hayamos contratado.