Un curso forma a desempleados como mediadores comunitarios en Valdeorras
Se trata de una nueva profesión, cuya enseñanza se imparte por primera vez en la comarca, que permite solucionar conflictos sin tener que recurrir a la vía judicial
Mediación comunitaria. Esta es una nueva profesión que se imparte como enseñanza por primera vez en Valdeorras a través de un curso, promovido por la Xunta de Galicia y subvencionado por la Unión Europea, en el que participan 14 alumnos de toda la comarca. La formación tiene lugar en el Colegio Pablo VI de A Rúa, teniendo en cuenta que es un centro homologado para este tipo de enseñanzas. El educador Óscar López y la psicóloga Margarita Camba son los profesores de esta actividad formativa, a la que asiste también una mediadora en prácticas, la abogada Marta González.
El curso sirve para capacitar profesionalmente a desempleados como mediadores comunitarios (los alumnos obtendrán un certificado de grado 3). Es la primera vez que se imparte en Valdeorras. Son 420 horas repartidas en tres meses, de las cuales 80 son de práctica.
Pero ¿qué es la mediación y mediador comunitario? La mediación es la forma de resolver un conflicto en el que dos o más partes intentan resolverlo voluntariamente y llegar a un acuerdo a través de un mediador. Sus características son la neutralidad, confianza, imparcialidad y participación voluntaria. “Las ventajas son que supone una alternativa a la vía judicial, favorece la relación entre las partes cuando hay conflictos y fomenta la participación de las partes en el conflicto y es una solución en la que todos ganan pues las partes eligen como solucionar los conflictos y, por último, es una forma de prevenir conflictos y mejorar la convivencia”, expone Darlyn García, una de las alumnas del curso.
Por tanto la mediación, añade el profesor Óscar López, “no sólo es una alternativa a un conflicto grave, antes de acudir al Juzgado, sino también para cualquier tipo de conflicto que existe en la sociedad como, por ejemplo, “el tema de la convivencia”. En este sentido, los propios alumnos realizan una puesta en escena, una simulación de un problema en una comunidad de vecinos , entre dos propietarios, donde tiene cabida la mediación. Una alumna, Gloria Álvarez, hace de mediador, mientras otros dos asistentes al curso, Álvaro Vilasánchez y Roberto Álvarez, actúan como las dos partes enfrentadas, en este caso un músico profesional y un jubilado enfermo que no puede dormir debido al ruido que hace el primero cuando toca un instrumento. Es sólo un ejemplo para mostrar los pasos a seguir del mediador, que simplemente concilia, conduce a las partes enfrentadas para que sean ellas las que den la solución definitiva al problema.
“La resolución a un conflicto nunca llega durante la primera reunión, hace falta mucho más tiempo “, matiza López. Si hay acuerdo, se plasmaría por escrito (en el ejemplo escenificado por los alumnos: el músico se compromete a no tocar a partir de las 11 de la noche para no molestar al jubilado). “No es arbitraje, pero sí se alcanza un compromiso con la firma de cada parte”, esgrime el profesor Óscar López.
El citado educador afirma que la de mediador comunitario es una profesión muy desconocida, sobre todo en Valdeorras, pero que “tiene futuro. Toma el conflicto como una oportunidad. Antes de denunciar se puede mediar, de modo que es un campo mucho más barato y accesible que recurrir a un abogado o a la vía judicial. Y también es mucho más gratificante para la sociedad puesto que son las partes enfrentadas las que ponen solución al conflicto”.
Por su parte, la psicóloga Margarita Camba dice que la mediación sirve para prevenir e intervenir en todo tipo conflictos, de modo que supone un ahorro de costes frente a la vía judicial, pero también aplicable en colegios, comunidades de vecinos y ámbito laboral, entre otros. “En Valdeorras es nueva la mediación, es desconocida, pero puede abrir un campo profesional importante. Una de las grandes ventajas de la mediación es el aprendizaje que supone y cómo se responsabilizan las partes para llegar a un acuerdo, algo que no ocurre en la vía judicial ni en el arbitraje”, comenta Camba.
Los alumnos de este curso están realizando un estudio mediante encuestas en Valdeorras para conocer si es necesaria la figura de mediador en las comunidades de vecinos, en el ámbito laboral (si el impago de salarios en sector de la pizarra se podría resolver con mediadores), la interculturalidad (convivencia y adaptación de los inmigrantes) y colegios (conflictos en la ESO). Los primeros datos, a la espera de culminar el trabajo, revelan que se hace necesaria la figura de mediador en la comarca.