San Roque en A Rúa: Del éxito de “París de Noia” a un bochornoso “botellón”
- La euforia de los vecinos del barrio del Campo de San Roque pasó a la decepción y crispación en cuestión de horas
Las fiestas de San Roque en A Rúa concentraron durante la última jornada, el lunes 21 de agosto, a numeroso público procedente de diversos lugares de la provincia de Ourense para ver y escuchar a la Orquesta París de Noia, la más famosa en este momento de Galicia.
El Campo de San Roque estuvo abarrotado, no cabía ni un alfiler, siendo la jornada más concurrida de las fiestas.
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Fue un éxito rotundo, que hubiese cerrado las fiestas con una nota sobresaliente de no ser porque este encanto se rompió al finalizar la verbena, momento en que comenzó una fiesta-“botellón” hasta la mañana del martes que causó molestias e incluso vandalismo en el entorno de las casas de los vecinos del barrio. La euforia se tornó en decepción y crispación en cuestión de horas.
Así, después de bajar del escenario la “París de Noia”, pasadas ya las tres de la madrugada, se inició otra fiesta-verbena con la música de una disco-móvil y un “botellón” que colmó la paciencia de los vecinos del Campo de San Roque.
La música de esta fiesta-botellón mantuvo en vela a los vecinos hasta el amanecer, impidió el descanso a los que reanudaban el martes su jornada laboral y a los visitantes que esa mañana emprendían el regreso a sus hogares fuera de Galicia, además de molestar a las personas mayores del barrio del Campo de San Roque.
Pero la crispación surgió más allá del simple hecho de no descansar. Una parte de los asistentes al “botellón” se “ensañaron” con las casas de los vecinos del barrio, orinando en las fachadas, frente a las viviendas; arrojaron vasos y botellas contra las casas, en el entorno y fincas particulares; trataron de destrozar mobiliario público y privado y tomaron como si fuera la barra de un bar las calles adyacentes al Campo de San Roque. También hubo peleas e incluso un pequeño amago de rallye con coches.
Vecinos del Campo de San Roque afirman que es una falta de respeto a las personas que colaboran para hacer y disfrutar de una buena fiesta. Recuerdan que el último día de las fiestas de San Roque siempre se cerró con una verbena y una chocolatada a eso de las 3,30 de la madrugada, permitiendo la vuelta a la normalidad del vecindario después de cinco días ininterrumpidos de fiesta.
Además, los vecinos se preguntan “¿por qué tenemos que soportar un botellón y la música a toda pastilla cuando ya hubo una verbena, que lo lleven a donde no moleste, no frente a nuestras casas. Eso ya no son las fiestas”.
El resultado fue el desencanto y desconcierto de los vecinos, basura y orines por los cuatro costados del Campo de San Roque.