Rompiendo con el hábito gastador
Cuando te llaman gastador deberás de tener claro por qué te lo llaman. No es lo mismo que gastes tus reducidos ingresos en gastos que podrían ser perfectamente prescindibles que te llaman gastador porque estás pagando por productos o servicios más de lo que podrías pagar por otros que te diesen los mismos servicios o incluso, que pagues más por unos productos que podrías adquirir en otro establecimiento más baratos por ejemplo.
Hoy quiero que reflexiones sobre aquellos gastos en los cuales te puedes ahorrar dinero o bien cambiando de proveedor, o bien cambiando de lugar donde compres el producto o solicites el servicio, o cualquier otra circunstancia que haga que disfrutes de los mismos productos o servicios pero a menor precio.
No quiero hablaros de aquellos gastos que deberías de suprimir, porque creo que ya sois bastante mayorcitos para saber que si los ingresos se reducen, los gastos también y de ‘sobra’ sabéis aquellos gastos que son superfluos y no los necesitáis para vivir: usar el coche para todo lo que implica más gasolina a gastar, dejar de fumar, evitar las cañitas o cafelitos innecesarios,… Vale que algún vicio hay que tener, pero que si es costoso, que sea lo menor posible.
Si os digo que hay muchísimas cosas que pueden hacer que dejes de ser gastador, seguro que lo primero que se os viene a la mente es el gasto de la luz, tan de moda en estos días por desgracia. Evitar dejar aparatos con el ‘pilotito rojo’ o sea, ‘stand by’, evitar encender y apagar la luz más de una vez cada 10 segundos si utilizas aparatos fluorescentes, mantener temperatura constante en la casa,…., todas son cosas que puede aprender para reducir costes. Pero hoy hablamos de otra cosa: todos necesitamos luz y hay diferentes proveedores, ¿conoces las diferencias de precios entre aquellas empresas que te pueden llevar la luz a casa? ¿Has calculado lo que pagas de más en el recibo mensual de la luz frente a la mejor oferta que te han hecho? Al fin y al cabo la luz es igual traiga quien la traiga, con lo cual, mientras más barato sea, mejor. Muchos somos los que por evitar llamadas a 902 y cambios de domiciliaciones nos acomodamos con el proveedor de luz actual, siendo conscientes de que puede que estemos pagando más de lo que deberíamos.
Algo parecido pasa con tu teléfono, ya sea móvil o fijo, o con el proveedor de Internet, pero últimamente cada vez menos. Cambiarse de compañía telefónica, de móvil o de Internet cada día es más habitual. Lo que no me explico es porque no hacemos lo mismo con la luz cuando el ahorro anual que nos daría sería superior a lo que ahorramos en el consumo de teléfono cuando cambiamos de operador. Parece que le tenemos miedo a las ‘eléctricas’.
En estos dos usos la cosa incluso parece sencilla ya que han aparecido muchos comparadores den Internet de todo estos servicios lo que nos permiten mirar en ‘euros contantes y sonantes’ lo que nos podíamos ahorrar. Si quiere cambiar de compañía lo tienes cada día más fácil.
Otro ejemplo en el cual se puede decir que somos gastadores es en la ‘cesta de la compra’. Vas a un determinado supermercado y empiezas a comprar. Pronto te das cuenta de que hay cosas más baratas y otras más caras que en el supermercado de la competencia. ¡Qué levante la mano aquel que compra solo lo que es más barato, recoge su compra y se va al otro supermercado a comprar lo más barato! Lo que realmente ocurre es que ‘tenemos la cabeza cuadriculada’ y nos limitamos a pensar que lo que me ahorro en unos productos lo pierdo en otros. Imaginaros que hay diferencia de 7 u 8 céntimos en un litro de leche de una determinada marca entre ambos supermercados. Si tomas un litro diario en casa, algo bastante habitual si tienes niños, puede que por solo cruzar la acera y entrar en otro supermercado, te ahorres tres o cuatro euros al mes. Los que penséis que el ahorro no compensa el esfuerzo pensar que por solo ese acto de ir al otro supermercado supone ahorrarte un 0,5% al mes del salario mínimo profesional. ¿Qué no es mucho? ¿Entonces porque cuando tu empresa te sube el sueldo un 1% (con suerte) amenazas con ir a la huelga si la subida no es del 1,5%. El porcentaje es el mismo peros actúas de distinta forma. El consejo está en no menospreciar nunca ningún porcentaje de ahorro ya que muchos pequeños porcentajes suponen un gran ahorro al mes.
Otro error al hacer la compra en el cual incurrimos mucho es en los llamados ‘paquetes familiares’. Que consumes 2 kilos al mes de café en casa y compras un paquete de esta cantidad y te sale por 20 euros por ejemplo. Psicológicamente piensas que 20 euros en café es demasiado y prefieres llevar un par de paquetes de 250 gramos y cuando se acaben ir a por otros dos. Al final de mes has pagado por ejemplo 24 euros. Si hubieses optado por un paquete familiar te habrías ahorrado 4 euros, lo que significa que podrías haber conseguido una reducción en el gasto de un 16% sobre lo que has pagado. ¿A qué por este porcentaje ya empiezas a entrever que eres un gastador empedernido?
Si estás obligado por trabajo a comer fuera, lo que realmente necesitas ‘es comer’. ¿Te has propuesto buscar el establecimiento que te dé de comer lo más barato posible o sencillamente vas ‘al de siempre’ a sabiendas que pagarás algo más? Somos animales de costumbres y más si estamos a gusto en ellas. Un ahorro de 1 euro al día en el menú suponen 22 euros al mes, y en ambas opciones vas comido (siempre hablo de comida sana en ambos casos). La necesidad se cubre igual pero con menos gasto.
Suprimir el cafelito de media mañana o el de después de comer no es que gastes más o menos, es que sencillamente dejas de gastar, suprimir gastos innecesarios, no es de lo que os hablo hoy. Distinto sería ir a una cafetería que te cobra 1,20 por el café frente a la que ibas habitualmente que cobra el cafelito a 1,40 euros.
Lo que tenéis que tener claro es que suprimir lo innecesario cuando tienes problemas para llegar a fin de mes es algo que ya sabéis de sobra. Lo importante es que seáis capaces de saber ahorrar en aquellos consumos que son necesarios para vivir y que no puedes prescindir de ellos. La mala gestión de estos sí que hace que seas gastador. Conciénciate: suprimir gastos es dejar de consumir, pero optimizar lo que nos cobran por servicios necesarios o básicos es lo que te hará dejar de ser gastador.