Quino, «Príncipe de Asturías»
Susanita esta exultante, roja de orgullo, por fin se codea con gente fina, y es posible que encuentre un marido importante en ese lugar.
Libertad, en cambio, alteradisima, lanza frases de izquierdas, criticando todo orden capitalista, colonialista, consumista, y a los reyes también, ya que están ahí.
Felipe había memorizado un fantástico discurso, pero sus nervios lo traicionaron y lo olvido, deambula avergonzado entre las personalidades reunidas.
Manolito, en cambio, envarado dentro de su rígido traje heredado de su hermano mayor, se deshace en gestos hacia los reyes, y reparte panfletos publicitarios del almacén de su padre.
Miguelito raspa con una tapita de refresco los dorados ornamentos del salón, tratando de averiguar si es oro sólido o hay yeso debajo.
Guille, armado de un crayón, re decora a su gusto los importantes cuadros que encuentra diseminados por todo el lugar.
Mafalda parece la menos interesada, pone toda su atención en escuchar la radio a transistores las noticias de Medio Oriente, el eterno Tom y Jerry.
Un anciano de rostro bondadoso y sutil sonrisa, en silla de ruedas, observa a sus criaturas, dejándolas hacer a su antojo.
Joaquín Salvador Lavado Tejón, el anciano de rostro bondadoso, recibe el premio «Príncipe de Asturias 2014 en Comunicación y Humanidades», por primera vez otorgado a un dibujante.
Sus niños siguen haciendo sus cosas, el anciano hace rato los dejo libres.
El anciano también es conocido como Quino.