Nuevo ‘arreón’ en las comisiones bancarias
Eslogan como, ‘fresh banking’, ‘comisiones 0’ o ‘Queremos ser tu banco’, han dejado recientemente de ser sinónimo de gratuidad en los servicios y productos que ofrecen las entidades financieras.
Y es que ya no les llega a las entidades con que tengas una cuenta y los pocos ahorros que tengas, ¡¡quieren más!!
Han subido y tras el verano subirán más las comisiones de sus productos más habituales como son las comisiones de administración de cuentas o las comisiones por tarjetas.
La principal pregunta es por qué lo hacen.
Posibles respuestas que no podemos creer: caídas de beneficios que hace unos años tenían; necesidades de generar ingresos para mejorar ratios de solvencia exigidos en Basilea III; poder seguir pagando los indignos sueldos de los consejos de administración (sin ir más lejos una subida del 46% del consejo de administración de Banca Cívica en el primer semestre de este 2011); incluso me podría creer que necesitan dinero para devolver lo pedido al FROB.
Posibles respuestas que no nos podemos creer: hay que incrementar las comisiones porque le suponen mayor coste a las entidades financieras estos productos o servicios; con estas comisiones que se incrementan se va a abrir el grifo del crédito y conceder más préstamos; igualar lo que se cobra en comisiones en otros países de la UE.
Múltiples razones son las que se esgrimen para subir las comisiones bancarias, entre ellas, el estudio y apertura de préstamos, la cuota por las tarjetas de crédito y débito, el mantenimiento de sus cuentas o la penalización por tener descubiertos, según la última información publicada por Banco de España. Pero curiosamente siempre son repercutidas al mismo tipo de cliente.
¿Alguien se cree que Amancio Ortega le cobran comisiones por el mantenimiento de cuenta o por renovar la tarjeta? La banca es vil e inmisericorde con el que menos tiene, es el claro ejemplo de la desigualdad social que existe en este país, lo cual es el motivo por el cual deslegitima su finalidad de obra social.
Cuando tenías la hipoteca con varios seguros, tarjetas de crédito y débito y unos ahorrillos, los bancos no cobraban por otros conceptos ya que sacaban el margen de los productos que tenías. Pero pobre de ti ahora que no tienes tarjeta de crédito, que has tenido que gastar los ahorros que tenías por la crisis o que ya no tienes dinero para pagar tantos seguros. Eres la presa ideal para que te vuelvan a cobrar comisiones.
Y lo más doloroso es la decisión unilateral que toman las entidades financieras.
Recientemente el Santander ha modificado las condiciones en su servicio ‘Queremos ser tu banco’ en el cual ofrecían no cobrar comisiones. A partir de septiembre te exigen la contratación de al menos un par de productos de la lista que te remiten por correo. Me ha sorprendido incluso que el director de una sucursal de esta entidad me ha llamado por teléfono para avisarme del cambio, a lo cual mi respuesta fue que hiciese lo que tuviese que hacer, que ya actuaría en consecuencia, pero que con mis comisiones no voy a permitir que un presidente de un banco se pasee por los circuitos de F1.
Las entidades financieras se han convertido en ‘camellos’ financieros. Te ofrecía y ofrecían productos sin coste ni comisiones para que los solicitases y ahora, que mucha gente está enganchada a ellos, deciden de forma unilateral el cobrarlos.
¿Dónde está el regulador o sea el Banco de España? A este organismo completamente pasivo le llega con que las entidades le remitan periódicamente las tarifas bancarias que van a aplicar a sus clientes, pero ni opina ni se posiciona. ¿Será que al gobernador del Banco de España no le cobran por nada en su entidad?
Lo que es cierto y nadie lo puede negar, es que las entidades financieras están ‘peladas’ y tienen que sacar dinero de donde antes no lo sacaban, y es correcto desde el punto de vista de negocio, pero éticamente incorrecto por la unilateralidad y la permisividad de las autoridades competentes.
Ahora bien, si se puede, seguimos en un país libre y se puede cambiar de entidad cuando uno quiera si se siente ‘maltratado’ por la que tiene.
¡¡Arrieros somos y en el camino nos encontraremos!!