Menudo ojo tienen los Reyes Magos, me trajeron…

Manuel Guisande

Manuel Guisande

(Cosas que pasan al cambiar de un día para otro de la ciudad al campo sin tener ni idea)

De verdad que yo no sé qué hace la Nasa enviando sondas al espacio para averiguar si hay vida inteligente en otro planeta… pues la hay porque si no ¿cómo se explica que los Reyes Magos llegaran a mi aldea después de casi 15 años sin venir? Pues eso solamente es posible a que una mente superior lo sabía y los guió a este recóndito lugar, no cabe la menor duda, vamos, fijísimo.

¿Y qué pusieron los Reyes en mi casa a mis vecinos? Pues a Maruja una cestilla para el pan, que no parece mucha cosa ¿verdad?, pero es que a Virtudes otra, y a la familia Caseto otra, ¡¡¡ impresionante !!! Pero es más; las tres cestitas, las tres, son iguales, idénticas, pero cuando digo idénticas es eso, idénticas idénticas… increíble.

¿Y a Manolo? Bueno, esto ya es para ponérsele a uno los pelos de punta. Un día antes de que llegaran los Reyes, que no hablo de un mes o una semana eh, no; un solo día antes dijo que en el monte hacía mucho frío por la mañana cuando va a trabajar, ¿pues qué creéis que le trajeron los Reyes, qué podéis imaginar, si tenéis capacidad para ello? ¡¡¡ Seis pares de calcetines, seis pares !!!, ¡¡¡ toque el género señora, toque el géneroooo !!!, seis pares como seis soles. ¡¡¡Im-pre-si-o-nan-te!!!

Pues si esto es ya de por sí sobrecogedor, lo que es escalofriante es lo que me trajeron a mí. Esto… es que me tiembla el pulso al escribirlo: ¡¡¡una carretilla!!! Como lo digo, ¡¡¡una carretilla!!!, pero de las de verdad, no de jugar.

Mira si habrá vida inteligente que ni yo mismo sabía que necesitaba una carretilla hasta que me di cuenta que enfrente de casa hay como cuatro toneladas de madera para acarrear. ¿Y cómo pudieron saber que necesitaba una carretilla cuando ni yo mismo lo sabía? Pues por eso, porque hay vida inteligente, y esos seres que la Nasa busca que te busca y que han guiado a los Reyes a mi aldea han sido ellos y solamente ellos los que han abierto mi mente hacia una nueva dimensión: la de la leña.

¿Que cómo es la carretilla?. Bueno, bueno, bueno… Preciosa, nunca vi una carretilla igual; color azul cielo; con unos manguitos haciendo juego; con una rueda de goma negra preciosa, hinchable y deshinchable; con una estructura metálica que se nota que ha sido echa a conciencia, muy aerodinámica, con unos bordes puliditos… ¡¡¡ buah !!!

Como yo soy muy cuidadoso, porque mi madre siempre de pequeño me decía «no toques, no toques»; pues eso, ni la toco, y como aquí hay mucho verde, la tengo aparcada en zona de residentes. Pero no creáis que me conformo con que esté bien estacionada, ¡¡¡qué va!!!, cada dos por tres (6) desde la ventana de casa la veo, y a veces me acerco a ella, la miro, la remiro, la limpio con una bayetita y tengo unas ganas de utilizarla… pero como no encuentro el manual de instrucciones me pregunto: «¿Y si la estropeo, y si… no vaya a ser que…?» Ni hablar, hasta que no encuentre el manual, ni tocarla, pero bonita bonita es… bueno, nunca vi cosa igual, pero nunca.

 

Manuel Guisande

http://manuelguisande.wordpress.com/

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