Mantener la frescura en su casa de madera
En Galicia como en el resto de Europa, este verano ha sido caluroso, seco e incluso canicular. Durante los periodos de extremo calor, su casa debería convertirse en un aliado. Siguiendo algunos consejos, puede hacer de su casa de madera una auténtica fortaleza contra el calor. El sitio www.pineca.es/casas-de-madera/ le da consejos para mantener su casa fresca.
Protegerse del calor en su casa de madera
La mejor manera de mantener su casa fresca en verano es protegerla del calor. La sombra es su mejor amiga. Para ello, cierre las persianas en cuanto el sol incida en sus ventanas y cierre las ventanas en cuanto la temperatura exterior sea superior a la interior. No se olvide de cerrar todo por la mañana cuando se va al trabajo. Debe darse prioridad a la protección de las ventanas orientadas al sur y al oeste. Nota: ¡la protección externa es mejor que la interna! Lo ideal es optar por una protección de color claro que refleje la luz y el calor. Piensa también en las plantas que pueden crear zonas de sombra y garantizar un lugar fresco.
Refrigerar su casa de madera
Para refrescar el interior de su casa de madera, no dude en ventilar su casa cuando se ponga el sol para aprovechar las temperaturas más frescas de la noche. Al ventilar la casa cuando la temperatura exterior es inferior a la interior, se enfrían las paredes, los techos y los suelos, que almacenan el frío para liberarlo durante el día. También puede utilizar ventiladores eléctricos, pero tenga en cuenta que no enfrían una habitación, sólo mueven el aire a otra dirección. Así que no tiene sentido dejarlos encendidos si no hay nadie en la habitación, o en su dirección.
Aire acondicionado sí, ¡pero ecológico!
Por supuesto, puede instalar un sistema de aire acondicionado si todavía no es suficiente, pero mejor elegir uno que se adapte a sus necesidades, que sea fiable y que consuma poca energía.
El aire acondicionado biológico, también llamado enfriador de aire evaporativo, es una buena alternativa al aire acondicionado convencional. El bioenfriamiento utiliza la evaporación del agua para enfriar el aire de una habitación de forma natural. Para producir la evaporación, la bioclimatización hace pasar el aire caliente a través de un filtro humidificado y difunde el aire frío en la habitación. Este sistema requiere aire seco. La temperatura puede bajar de 2 a 4 grados. El bio-aire acondicionado tiene una muy buena eficiencia energética. Este sistema cuesta entre 70 y 200 euros.
Sin embargo, una alternativa más cara pero muy eficaz es la climatización solar. Aunque el sol es la causa de este calentamiento, también puede convertirse en un aliado. De hecho, la energía solar puede ser una forma excelente de refrigerar el interior de una casa de madera. El principio consiste en recuperar la electricidad producida por los paneles fotovoltaicos para alimentar el sistema de aire acondicionado. Así, el acondicionador de aire consume menos energía que un acondicionador de aire convencional. Esta solución es eficaz porque permite reducir la temperatura interior de su casa de madera de unos 3 o 4 grados. El único inconveniente puede ser el precio, pero es una opción muy económica a largo plazo.