Leyendas del Bierzo: la Mitología épica berciana, ‘El Monte Medulio’
Es conocido lo que los cronistas romanos (Estrabón, Herodoto, Plinio,…) comentaban delos pueblos irreductibles del norte hispánico: tribus cántabras, astures y del área galaica.
Como muestra de su bravura y rudez sirvan estos dos hechos narrados:
– Cuando el jefe guerrero moría, sus más allegados subordinados se dejaban matar o se suicidaban.
– Cuando una mujer cántabra alumbraba, abandonaba su lecho y lo cedía al hombre que simulaba el dolor y padecimientos del parto y era objeto de múltiples cuidados (la “covada”). Esta es una de las variadas señas que inducen a pensar que estas sociedades rudimentarias se caracterizaban por un “matriarcado”.
EL MONTE MEDULIO:
En este enclave se desarrolló la última batalla de los lugareños del norte contra los invasores romanos. Era el año 22 a. C. y, tras esta masacre, se completó la romanización de la Península Ibérica. Su ubicación es muy discutida y controvertida, aunque nosotros daremos argumentos suficientes al objeto de concluir que esta contienda o confrontación acaeció en la Sierra de la Lastra (dominios de A Portela de Aguiar y Santo Tirso de Cabarcos, en El Bierzo de Sobrado).
RELATO:
Nos tomamos la licencia de traducir la narración de un comentarista, geográfico e historiador romano:
“Por último, tuvo lugar el asedio del Monte Medulio sobre el cual, después de haberse cercado con un foso continuo de quince millas, incursionaron a un tiempo los romanos por todas partes. Cuando los bárbaros se vieron reducidos a extrema necesidad, a porfía, en medio de un festión, se dieron la muerte con el fuego, la espada y el veneno que allí acostumbraban a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad, que a una gente hasta entonces indómita parecía más intolerable que la muerte.”
Al hilo de la noticia anterior, se detalla la estupefacción y asombro del ejército romano:
“Cuando los romanos fueron llegando y perplejos fueron encontrando cantidad de lugareños, bravos y fornidos guerreros inertes en el suelo junto a sus familias, algún romano incrédulo comenzó a clavar su lanza en los diferentes cuerpos que iba encontrando, como para asegurarse de que realmente se habían suicidado.”
LOS LUGARES PROPUESTOS:
Existe verdaderamente una disprepancia respecto al lugar concreto en que se desarrolló“la postrer campaña de conquista de España“ por parte del Imperio Romano. Se ofrecendébiles razonamientos para mantener la localización en el Conceyu de Lena (Asturias), los Montes Aloia (Tui), Santa Tegra (A Guarda),…
Sin embargo, todos los pronunciamientos más eficientes señalan que el sitio más probable y avalado por una serie de consideraciones lógicas se encontraría en un áreaorientada hacia la Sierra de La Lastra (El Bierzo, en la “raya” con Ourense).
No se debe descartar totalmente, no obstante, el Monte Cidio (en la Sierra del Caurel) por diferentes indicios: hallazgo de cerámica, un águila imperial con estandarte y una tesla de hospitalidad de la época. La etimología de la denominación nos dirige al término “occidere” y a sus derivados: matanza, masacre,…
NUESTRA TEORÍA INTERMEDIA:
Basamos nuestra apuesta clara y contundente por la Sierra de la Lastra en reflexionescontundentes:
– En estos parajes encontramos vestigios de calzadas romanas y restos de los quicios de las puertas de los hogares primitivos.
– El topónimo normalmente tendría algún contacto con la zona próxima, vital económicamente para los conquistadores(Las Médulas). Por tanto, la interpretación se reduciría a “lontananza desde donde se divisan o se accede a Las Médulas“.
– La tesis de que los romanos confundían al Sil con el Miño es inverosímil.Unos hombres, tan curtidos en campañas bélicas casi interminables, eran acompañados por cartógrafos, geógrafos y estrategas que estudiaban previamente y medían el terreno y las distancias.
– Por último, en mi opinión, Cabarcos procedería del vocablo gallego “cavorco” en su acepción de barranco o precipio.Las tierras de La Lastra berciano-valdeorresa se identifican por su orografía quebrada, con material cálcico incrustado e interesantes desniveles. Posteriormente “cavorco” se asimilaría al castellanizado caborco y se aplicaría también acaminos (corredoiras) bastante intrincadas y difíciles de transitar. Asimismo la palabra caborcos, por traslación,podría aplicarse o identificarse con cuevas, huecos o “barroncas” o argayos (desprendimientos locales de la parte superficial del suelo).
En conclusión, lo antes expuesto se ha de entender como una aportación o idea en torno a lo que se constituye en calidad de un “hito insospechado y magnificado” del norte de España. Nada más.
M.B.T.G. de nuestros amigos de El eco del Bierzo