Leyendas bercianas: ‘La gallina de los huevos de oro’

Foto: catedu.es
Foto: catedu.es

Esta creencia popular es ciertamente bastante universal y adaptable a muchos lugares y circunstancias, hasta el punto de que existe una narración que la identifica con tierras leonesas.

LAS PLÉYADES:

Se trata de un notorio y apreciable cúmulo de estrellas, que se asemeja a una nube blanquecina y atractiva. Conforme a la primera impresión visual de observación, se captan siete estrellas principales denominadas corrientemente como las “Siete Cabrillas”.

Como es de pensar su relevancia viene de antiguo y se asimilan a un número esotérico o cabalístico (el 7), santo y seña en los textos bíblicos y representante o símbolo de la totalidad.

El P. Risco comenta que en Galicia se refieren a las Pléyades también con la expresión “a Pita cos pitos“. No obstante el nombre más usual y extendido es el de las “7 Cabrillas”.

En el País Vasco aún se oye lo que fue una nota genuina respecto a las Pléyades: “la Gallina clueca con los polluelos“.

En Ancares, específicamente, se ilustra la constelación mencionada con el término “Setestrelo”.

Se han recopilado varias versiones con diferencias, resultando que todas ellas ubican a la gallina y su “niada” en el seno de los castros, ocultadas estas aves en unas zonas huecas y que se delatan cuando emiten cacareos. Se ha contado que al alba, en contadas ocasiones, sale una gallina con su cohorte de polluelos (Arteixo, A Coruña). En Melide se mostraría y luciría en la mañana de San Juan una gallina, acompañada por unos pollitos muy preciosos. De igual manera acontece en Santa Mª de Cuntis (Pontevedra) y en Boiro.

LA SINOPSIS DEL RELATO:

Un aldeano poseía una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Su ambición era inmensa y lo cegó. Pensó, en su avaricia, que se convertiría aún en más rico. Esto le determinó a abrir el vientre de la gallina, en la confianza de que allí hallaría una mina. Una vez muerto el animal, se le terminó su fortuna: ni huevo de oro ni yacimiento dorado.

TERRADILLOS DE LOS TEMPLARIOS:

Esta localidad leonesa, en pleno Camino de Santiago y en Tierra de Campos, se encuentra poco poblada. Su nombre figura en la historia “bajo sospecha”: durante un periodo prolongado, se admitía que en sus inmediaciones los Templarios habrían sepultado a la “gallina de los huevos de oro”.

Hay que aludir a que se situaban estos predios, en su momento, incluidos en la jurisdicción de la Orden del Temple. En circunstancias sin especificar, se verían obligados a desprenderse de este símbolo tan extraordinario.

Fuente de nuestros amigos de El eco del Bierzo. M.B.T.G.

 

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