Leyendas bercianas: la ‘charrasca’ de Conde Gatón
Cuando las hordas de sarracenos invadieron la Península Ibérica no encontraron apenas oposición, debido a la gran división que existía entre los señores que la dominaban. Uno de los pocos puntos donde hallaron alguna resistencia fue precisamente en El Bierzo.
Nuestros paisanos, ante la clara superioridad musulmana, optaron por retirarse a uno de los valles en los que se sentirían protegidos para reagruparse. Una vez reunidos todos los hombres en los parajes de Paraxís (Balboa), bajo las órdenes del Conde Gatón, buscaron la manera de iniciar una contraofensiva.
Así, en las inmediaciones de un curso de agua, fueron arengados por el Conde berciano. Este noble era extremadamente fuerte y decidido. Prueba de ello fue que, en un ataque de ira y delante de sus huestes, sacó su espada (la“charrasca”) al objeto de asestar un golpe contundente. En su trayectoria se interpuso un carballo (el carballo de“Paraxís”), partiéndose en dos su arma con una enorme violencia. De este árbol nadie es capaz de dar noticia sobre su ubicación.
Por otra parte, se creía que el libertador berciano era avieso y tenía algún pacto con el maligno. De hecho, “gatón” era una forma de denominar al demonio. Sus súbditos le temían pues su fama de vengador estaba bastante extendida.
En este aspecto, cabe resaltar que en la ermita de Paraxísse adora al ángel malo. Es de los pocos lugares en que ocurre esto. La talla demoníaca está en tono amenazante. Algunos consideran que, en cierto modo, esta imagen tiene relación con el apelativo del Conde, es decir, “Gatón” odiablo.