La creación de una indicación geográfica protegida para el pan gallego recibe apoyo institucional
La Xunta apoya la creación de una indicación geográfica protegida para el pan gallego.
- La directora general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias se reunió esta tarde con representantes de la Federación Gallega de Panaderías
- Belén do Campo les mostró el respaldo del Gobierno gallego a esta iniciativa, que redundará en una mayor protección, puesta en valor y promoción de este producto de calidad
La Xunta apoya las gestiones promovidas por la Federación Gallega de Panaderías para la creación de una Indicación Geográfica Protegida (IXP) para el pan gallego. La directora general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, Belén del Campo, se reunió ayer con representantes de este colectivo y les mostró el respaldo del Gobierno gallego a esta iniciativa, que redundará en una mayor protección, puesta en valor y promoción de este producto de calidad.
La Federación presentó ya la preceptiva solicitud de inscripción en el registro europeo de esta IXP y ahora continuará el proceso de creación con la publicación de la documentación en el Diario Oficial de Galicia y en el Boletín Oficial del Estado, abriéndose desde entonces un plazo de dos meses para la presentación de alegatos.
Según recoge el pliego de condiciones de la IXP, el pan gallego es aquel que tiene corteza dura y crujiente, miga esponjosa y alveolado abundante e irregular, que se elabora de forma artesanal con harina de trigo blando, de la cual una parte procede de trigos cultivados en la comunidad autónoma de Galicia pertenecientes a variedades y ecotipos autóctonos gallegos (los comúnmente denominados “Trigo país” o «Trigo gallego”).
Su elaboración se caracteriza por la utilización de masa madre y una elevada cantidad de agua así como por los largos tiempos de fermentación y cocción, esta última siempre en hornos con solera de piedra u otros materiales refractarios.
El pan amparado por la IXP presentará una serie de características, entre las que se encuentran la forma (variable en función del formato de que se trate), existiendo cuatro tipos de piezas, con un formato tradicional específico: la «bolla”, la rosca, el “bollo” y la «barra“, cada una con su forma y pesos específicos, indicados en el pliego, que también establece las condiciones que tienen que cumplir la corteza y la miga, así como el sabor y el aroma.