«Homenaje». Por María Parente Mariño y Roberto Carlos Mirás
- Por María Parente Mariño y Roberto Carlos Mirás
«Si usted está buscando un camino usted ya está en el camino» estas palabras del cabalista Shalom Sharabi (1720-1770) nos sirven para adentrarnos en dos obras que pretenden acercarnos a nosotros mismos. «La cábala. Psicología del misticismo judío» del Presidente de la Asociación Cultural Judía de España Tarburt Sefarad Mario J. Saban y «Asimetrías. Hibridismo y retroprogresión» del Ingeniero Industrial y Filósofo Salvador Pániker (1927- 2017) Al pasar sus páginas nos encontramos con dos obras que abarcan temas completamente diferentes pero mientras una nos habla del Misticismo judío y la Psicología en su volumen Pániker nos ofrece distintos temas que son totalmente complementarios aunque enfocados bajo un matiz o un punto de vista diferente.
¿Un primer testamento?
Desde su lejano «Primer testamento» (Seix-Barral) o «Filosofía y Mística», «Conversaciones en Madrid» hasta «Diario de un anciano averiado» Salvador nos hace partícipes de toda una larga y amplia vida, de sus experiencias y aventuras vividas en todos los sentidos. Pero si hay una unión en las dos obras la encontramos en campos tan diferentes y al mismo tiempo tan parecidos como la Filosofía, Antropología o la Psicología y el Humanismo. ¿Y saban?
Quizás una manera de abarcar en su totalidad la obra de saban sea por sus tres Doctorados en Filosofía, Antropología y Filosofía que forman parte de un todo. Ahora para Pániker desde «El nacimiento de una contracultura» de Theodore Roszak hasta las distintas obras de Allan Watts y aquella obra que tanto le gustó de Ken Wilber «La Conciencia sin fronteras» o los encuentros con distintas personalidades de entonces sumado a sus distintas labores han hecho de él un ser humano testigo de la Historia. «Los científicos no entienden a los humanistas y los humanistas no entienden a los científicos» asegura. Pero todos estos nombres salvando las distancias de una manera u otra aparecen en la obra de Saban en donde habla de un «Árbol de la Vida que representa un símbolo muy potente dentro de la Psicología del Misticismo judío por qué nos otorga un mapa, esto es, nos brinda un cuerpo epistémico definido. Cuestión problemática para la Psicología»
¿En su obra Pániker aborda?
Distintos conceptos como el Yo, la evolución de la Vida, Aproximación al Hinduismo. Tenemos que recordar su influencia India y Occidental debido a sus padres o la sociedad laica y la trascendencia que nos hace volver una y otra vez a la obra de Saban. Pues en el fondo las palabras de Pániker nos sirven para acercarnos a la obra de Saban de nuevo «Dejar de lado las creencias impuestas y acercarse a uno mismo» nos hace acordarnos de una serie de temas tratados por nuestros autores a lo largo de los años aunque les pongamos nombres o los etiquetemos de una manera diferente. En cuanto a Saban para llegar a publicar esta gran tesis doctoral que representa un enorme trabajo de sistematización de gran parte del pensamiento místico del judaísmo aplicado a la Psicología ha tenido que dejar atrás obras como «El judaísmo de San Pablo, o el Sábado hebreo en el Cristianismo» O incluso Salvador Pániker cuando se acaban de cumplir los cincuenta años a toda una labor editorial ahora en manos de su hijo Agustín y cuando es conocido por usar términos como Asimetrías, hibridismo y retroprogresión anteriormente mencionado se atreve a publicar un capitulo bajo el título: «El ego, la muerte, la plegaria» Y volviendo a Saban «En la Cábala siempre los Cabalistas han mantenido mucho cuidado con el lenguaje sabiendo que el lenguaje es una herramienta muy limitada y la Cábala es una herramienta del lenguaje» Y volviendo a ese lenguaje nos hacemos la siguiente pregunta sabiendo que Paniker fue uno de los pioneros ¿Qué pasa con la muerte digna y la reencarnación al hablar de la misma?
¿Obras siempre complementarias?
En ambas obras se preguntan sobre el Arte, la Ciencia o el Humanismo. O quizás haciendo nuestras las palabras del tío de Salvador quien muy agudamente le regaló un Diario y éste tuvo la vocación desde muy joven aunque no sabía según sus palabras qué era un género. Quizás estos dos volúmenes sean una muestra de ello. Pero Pániker como recuerda su hijo Agustín en un artículo en el diario La Vanguardia se ha ido «Salvador era así mismo, el señor angustiado del ceño fruncido. Un ser frágil que sin embargo se sentaba junto al piano para improvisar frenéticas escalas bachianas (Hete aquí otro canal de complicidad con sus hijos e hijas, el que de todo su legado, más huella dejaría en mí, su sensibilidad musical) Por cierto que sus escritos sobre música constituyen algunos de los más exquisitos fragmentos literarios que nos ha regalado. Salpican todos sus libros, aunque con mayor profusión los dietarios (Cuaderno amarillo, Variaciones 95, Diario de un anciano averiado, etcétera)».
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