Hablamos con Jesús Aguado

Roberto Carlos Mirás Mirás

Roberto Carlos Mirás Mirás

“Encontré una ciudad donde los miedos –que nosotros simbolizamos en las ratas y en los locos, todo el mundo me avisaba cuando iba a venirme que no soportaría ni a unos ni a otros, y llegué aquí y vi que los niños jugaban con las ratas, y los locos jugaban con las ratas, y los locos jugaban con los niños, y yo era un niño, un loco y una rata- me encontré una ciudad donde los miedos tenían más miedo de mi que yo de ellos. Y una vez que los miedos se nivelaban, conseguías reconciliarte con tus miedos para siempre, entendiendo por para siempre el tiempo en que yo permaneciese en Benarés o Benarés permaneciese en mí”

 

P- ¿Es curioso?

R- Lo curioso es que me cuesta reconocer mis textos. ¡Sí creo que es mío!

– Le interrumpo: es un artículo publicado en Siete leguas y su autor es Juan Bonilla con fotos de J.M. Castro Prieto y cuyo titulo es: “Benarés, la ciudad de la muerte”

– Por eso me costaba reconocerme, pues Juan que es un buen amigo y que ha escrito como puedes ver un artículo fantástico, en realidad me usa como personaje. Esas cosas que él dice que yo digo, en parte si las digo, pero en parte las dice él. Es un juego y una forma como te decía de participar cada uno de la experiencia del otro.

P- Da la impresión de que no hay una casa fija de Jesús Aguado. ¿Tu casa son las palabras?

R- Me gusta mucho eso de que la casa de los poetas son las palabras, aunque creo que en realidad los poetas viven entre el espacio que hay entre las palabras; en esa intemperie al aire libre dejándose azotar por los elementos, sólo así y conociéndolos de primera mano podrá limpiar y devolverlas al mundo de otra manera.

P- Pero, ¿qué tiene una ciudad como Benarés?

R- Me fascinó desde el primer momento en que la pise hace ya unos años.

Precisamente, las palabras no pueden apresar una ciudad que ya existía cuando Babilonia o cuando Ninive. Una ciudad que para dar un ejemplo de lo sobrecogedora que es de un modo cotidiano; tiene un fuego que no se ha apagado durante tres – mil años que es el fuego en donde se coge la primera tea para luego incinerar a los muertos. Ese fuego lleva más de tres mil años encendido y así muchas otras cosas.

P- ¿Una ciudad Jesús?

R- Una ciudad que parece detenida en el tiempo, en donde los hombres, también los animales y la naturaleza son tan dueños de la ciudad como los hombres, pues tiene mucho que decir… Hay quien sale horrorizado de Benarés, de la India y hay quien no puede irse de allí nunca más como es mi caso.

 

Has nacido en Madrid, pero con dos años te vas a Sevilla y luego a Málaga, resides como hemos hablado durante un tiempo en Benarés. Llevas las palabras dentro de ti. Y aunque dices escribir poca poesía, has publicado en la editorial Hiperión, Los amores imposibles, (premio Hiperión, Madrid, 1990), Libro de Homenajes, (Hiperión, Madrid, 1993) Lo que dices de mi (pre- textos, Valencia, 2002), El Fugitivo, (pre textos, Valencia, 1998) Y, eres responsable de la Antología de poesía devocional de la India, Indica- Etnos, Benarés- Madrid, 1998) Y, actualmente:

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P- ¿Eres traductor, eres poeta y eres escritor, podemos hablar de un todo?

R- Bueno, si me voy tan lejos es para huir de todos los todos, para desvanecerme en el aire, para escaparme. Como hablábamos anteriormente, uno de mis libros que tu mencionabas se llama, El fugitivo, pues en mi está esa vocación de fuga constante. Procuro hacer muchas cosas para no tener un yo fuerte que me aprisione.

P- Cuando hablas de Benarés, hablas de una ciudad lenta, pero al mismo tiempo, está muy viva…

R- Es una ciudad de peregrinación, de estudio, para los músicos y muy viva en todas las épocas del año, el que va de paso no lo nota tanto como el que se queda. Hablamos de una ciudad con una energía para el estudio, para la concentración como pocas que yo haya conocido. Ese bullicio no altera. Es precisamente lo que fascina.

P- En la editorial Hiperión has publicado, “Libro de Homenajes” ¿Cómo surge este libro?

R- Mira, una buena parte del libro y luego todas las traducciones de poesía devocional de la India y de las tribus de la India que he realizado surge de este amor por la India. Lo primero que hago cuando llegó allí es encontrarme con una serie de poetas religiosos con una devoción que no tienen parangón en ninguna parte del mundo. Mis homenajes como puedes ver es un pálido reflejo del amor que les tengo y lo muchísimo que me han dado.

P- Cuando hablamos de poesía, nos viene la palabra inspiración, ¿qué es eso?

R- Es estar ahí. Es respirar con el mundo para que el mundo te de algo. Si te lo da en forma de palabra, o en forma de poema, pues bienvenido sea. Aunque tengo ya un número abultado de libros, escribo poco, precisamente, si no tengo eso que tú me preguntas, no me pongo frente al papel. De hecho, poesía puede que la escriba cuatro o cinco días al año como mucho.

P- Hablamos de palabras. ¿Los idiomas se pueden llegar a perder?

R- Los pueblos todos tienen una identidad, una particularidad que les define. Ahora lo interesante es encontrar los puntos de relación que son universales y que atraviesa cualquier cultura. Esos lugares de encuentro entre culturas, pueblos y civilizaciones.

P- ¿Qué te interesa entonces?

R- Más que la identidad como exclusión, lo que me interesa es esa misma identidad, pero para compartir cosas.

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P- ¿Y como lo hacemos, a través de un lenguaje, a través de tus libros o de un sentimiento?

R- Intento compartirlo como es el caso de estos grandes de la India o de otros asuntos que me interesan por medio de la palabra, del lenguaje y de la poesía. Cada uno tiene la obligación de encontrar lugares dentro de si, ya sea viajando o con la lectura; ampliando sus horizontes de la manera que crea oportuna, con la música por ejemplo.

P- ¿Y en India?

R- Muchos de mis amigos en la India son músicos y ellos tienen un lenguaje universal privilegiado que les permite casi cruzar las fronteras sin enterarse. Es fácil que un músico de la India en segundos encuentre el ritmo con un músico de flamenco por ejemplo o de Jazz. Lo he visto tantas veces que ya no me sorprende, pero me sigue pareciendo un milagro.

P- Hablamos de palabras. ¿Está un poco devaluada?

R- Es cierto, está muy devaluada y por ese motivo hace falta poesía más que nunca. Si para algo sirve la poesía es para limpiar las palabras del mal uso o lo que se hace de ellas en la vida cotidiana y en todos los órdenes de la sociedad, desde la política hasta en el periodismo también.

P- Una expresión: la poesía…

R- Una misma palabra que para nosotros significa algo, al final para cada uno de nosotros significa una cosa distinta. Eso también es una de las labores de la poesía, devolverle la dignidad del significado y de las múltiples sugerencias que tienen las palabras.

P- Tenemos demasiados medios de comunicación. ¿No hay muchos pintores, muchos poetas, muchos periodistas?

R- Hay demasiados escritores profesionales con la cultura que tienen los pueblos occidentales sobre todo es fácil de adquirir un mínimo para escribir lo que sea. Hay pocos escritores de alma, de corazón, pocos que depuran el lenguaje y que lo sienten desde dentro. Escribir bien es fácil, decir cosas es dificilísimo.

P- ¿Se puede vivir con poco?

R- Se debe vivir con poco. Es una de las cosas que hemos perdido, de hecho una amplia antología de mis libros que saldrá dentro de poco y una parte de un libro que ya he publicado se titula “Mendigo” Y es una reivindicación del poco, para ir por un mundo saturado de cosas, preso del consumismo y que se ha vuelto loco.

P- Resides un tiempo en Benarés, estas entre Málaga y Sevilla, haces un trabajo con Chantall Maillard. ¿Hay alguna satisfacción interior?

R- Bueno, por el hecho de hacerlo no; ahora intentar se mejor y encontrarme a mi mismo mientras hago estas cosas, sí. Hay que decir que no es tan importante trasladarse tan lejos o escribir poesía para ser uno. Lo que pasa que este es mi camino, pero no es el camino que yo le aconsejo a nadie. El camino personal que me aconsejo a mi mismo, mientras les pido a los demás que encuentren el suyo.

P- ¿A los demás tenemos que pedirles, pero no aconsejarles?

R- Bueno, quizás ni pedirles. He sido un poco arrogante por mi parte. En mi caso, creo que todos tienen derecho a buscarse el camino o su camino con los medios de la manera que quieran, los demás no somos quienes para juzgar eso.

P- Tenemos un libro, Mística Medieval Hindú, (editorial Trotta) en donde haces una colaboración, que se titula: Selección de poemas de Tukaram, traducidos por Jesús Aguado. Lo coordina, Swami Satyananda Saraswati  y también colabora, Óscar Pujol. ¿Cómo se siente uno?

R- Me hablas de las dos personas más iluminadas y más verdaderas y hermosas que conozco. Son dos seres muy especiales, Swami lleva treinta o más años viviendo en la India, de un modo completamente puro y entregado al estudio y a la realización de la luz interior y tanto si uno es hindú como si no lo es. Él lo es, yo no lo soy de religión puedo apreciar esa luz que mana de él sin ninguna duda.

– Óscar Pujol…

– Es el sanscritista más importante que hay en España haciendo una labor única por que en nuestro país no hay una tradición de estudios serios sobre la India y es de las poquísimas personas que lo está haciendo.

P- Jesús podemos hablar de percepción, de personas que tienen algo. ¿O es demasiado arrogante?

R- Hay toda una corriente filosófica muy arraigada en la historia del mundo que dice que es imposible conocer al otro ni siquiera por aproximación. Ahora yo si creo que hay zonas en donde compartimos, zonas en donde nos encontramos; zonas en donde podemos no sólo intuimos ser del otro, sino de alguna manera evitarlo. Esas zonas, las nombra el amor, las nombra la poesía, las nombra para muchos otros la religión, o al menos cierto tipo de experiencias espirituales hay muchas maneras de intentar ser el otro, no sólo de aproximarse al otro.

P- ¿Vemos en los demás lo que nosotros somos, como decía Krishnamurti?

R- Pero también lo que es. Es decir, si uno sólo ve en los demás lo que uno es, prácticamente no le sirve de nada, si el otro es sólo un espejo te miras a ti mismo, y eso se termina. Lo importante es, descubrir en el otro eso que coincide con uno, eso que compartimos todos los seres vivos por el hecho de estar vivos.

P- Hemos hablado de Benarés y tú se lo dirías, ¿Visitar Benarés?

R- Os diría o les diría que se quedaran en Benarés durante un tiempo. La experiencia del turista y la he visto muchas veces no tiene nada que ver con la experiencia del que se aposenta y se deja invadir por el ritmo, invadir por las sensaciones del lugar. No necesariamente le va a gustar o se va a sentir a gusto. Pero si le gusta y se va a sentir a gusto, probablemente sea para sentir lo mejor de si mismo.

 Benarés la ciudad imaginaria

En uno de tus libros, escribes: “Lo que dices de mi,

Un extraño camino que nunca he recorrido,

Un camino que enlosan tus palabras,

Y que si miras bien se corresponde,

Con una de las líneas de tu mano”

 

P- Volviendo a tus libros, Lo que dices de mí, ¿hay que decir de mí?

R- Es un libro de amor al lenguaje y de amor al amor. Es importante dejarse amar y amar también. Es una forma de limpiar las palabras, una forma de encontrar lo mejor de nosotros mismos.

P- El buscarse a uno mismo, no es arriesgarse a encontrar algo que no nos guste…

R- Hace mucho que no me busco, hace mucho que lo que intento es perderme. Cuando uno se busca que es lo que nos piden casi todas las tradiciones occidentales, menos las místicas, cuando uno se busca como dices, acaba construyendo uno yo, una fortificación fuerte, un yo arrogante, algo que desprecia todo lo que no cabe en él.

P- ¿Y, si nos dejamos ir?

R- Cuando uno se deja ir, de la mejor manera por el mundo se va desprendiendo de esa arrogancia, de esas murallas que convierte en polvo del camino, creo que así es más fácil encontrar la verdad y encontrar la felicidad y esa verdad pequeñita que cada uno

P- Jesús aguado: ¿volverás a Benarés?

R- ¡Si! No soy de ningún sitio, como me preguntabas, es cierto nací en Madrid, pero me fui con dos años a Sevilla. Si tuviera que decir un sitio en donde perderme para siempre; sería en Benarés. Como no volver.

P- ¿Se puede vivir de la poesía?

R- De la poesía no se puede vivir. Tienes que hacer otras cosas, que tienen que ver con la creación, traducir, hacer recitales o gestión cultural. Escribir en periódicos o simplemente eres profesor. De la poesía estrictamente hablando pueden vivir dos personas o tres cuando ya eres muy mayor.

P- ¿No se puede vivir de la poesía, y además en España es uno de los países en donde menos se lee, que pena?

R- Se publican muchas cosas, eso si que hay que tenerlo en cuenta y valorarlo. En España además de ser uno de los países en donde menos se lee poesía es muy sencillo el publicar. Es una pena.

– Si me permites quería matizar: de la poesía no se puede vivir, ahora tampoco de ser cajero de un hipermercado, o la persona que trabaja en la construcción,  me refiero al obrero. Hay muchas profesiones que realmente no le permiten a uno nadar en la abundancia y tenemos que aprender a valorar el aspecto positivo de todo esto al tiempo que reivindicamos más justicia y más equilibrio en todo.

– ¡O también vivir menos cómodos!

– ¡Desde luego! Lo que pasa es que eso habría que pedírselo a los que viven hiper – cómodos y yo me lo pido a mi mismo, pues es verdad que de la poesía no se vive y hay que inventarse mil cosas para llegar a final de mes. Me digo a mi mismo que tengo que vivir menos cómodo, pero no me atrevo a pedírselo a los demás.

P- En Galicia se conocen muchos autores, pero algunos, no todos, tienen que publicar en castellano para darse a conocer y por otro lado a muchos autores no se les da  importancia, pero si a otros… ¿Por qué crees que pasa esto?

R- Hace poco escribía un artículo sobre lo que nos llega de literatura de la India a España y bueno, la literatura de la India tiene dieciocho lenguas oficiales, veintiuna literaria y cientos de dialectos más. Sin embargo, en España en los últimos años más de cincuenta autores son anglo indios, sólo un autor hindi, traducido por Álvaro Enterria y luego un escritor bengalí, pero traducido al francés. Sino escribes en inglés en la India, nadie te va a conocer fuera de tu región o fuera del ámbito de tu propia lengua.

P- ¿Quién puede promover ese lenguaje?

R- Creo que tenemos que acostumbrarnos a la descentralización en todos los órdenes y si confiamos que eso se haga desde los centros de poder editorial, pues nunca se va a conseguir, los centros  editoriales lo que quieren es hacer negocio, no promover culturas.

P- ¿Entonces?

R- Lo que hay que hacer es buscar otros cauces fuera de esos centros de poder, para promocionar la propia cultura y la propia lengua; la propia manera de ir por el mundo. Ya no sólo lengua, sino también formas de escribir o visiones artísticas, todo eso que no le interesa al centro, pero que será más interesante y tiene que hacerse visible.

 

Para saber más: 

  • Benarés. La ciudad imaginaria. Edición de Álvaro Enterría (José J. de Olañeta, Editor e Indica Books) Un trabajo en donde distintos autores glosan lo que ha sido su experiencia.
  • India y Europa. Ejercicio de entendimiento filosófico. Wilhelm Halbfass (Fondo de cultura económica)
  • Benarés. A World Within A World. The Microcosm of Kashi. Yesterday and Today (Indica) Un bello libro sobre la ciudad de Benarés.
  • Entre la materia y el espíritu. Espiritualidad /Hinduismo: Juan Carlos Ramchandani. Autor ya conocido en estas páginas. 
  • La ilusión fecunda. Oscar Pujol y El prodigio que fue India. Traducción de Jesús Aguado. (Ambos editorial Pre-textos) www-pre-textos.com

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