Estilos decorativos
Cuando hay que definir o identificar un estilo actual debemos fijarnos en aquellos elementos que son más representativos en la ambientación que estamos creando.
Definir el estilo de nuestro nuevo proyecto es fundamental pues con ello conseguiremos mostrar el interior deseado.
Los estilos vienen definidos por muchos conceptos o elementos, desde el color, las texturas, los acabados (brillos, mates, etc), los tamaños,…
Debemos hacer un análisis sobre los elementos que definen el estilo que queremos representar, de manera que si quiero un interior minimalista debo moverme entre blancos, negros y grises para, por ejemplo, el acabado de los paramentos verticales.
¿Qué estilo marca hoy tendencia?, es la pregunta que en más ocasiones me han hecho a lo largo del ejercicio de mi profesión…pero definir el estilo actual, el estilo que estamos “pisando” siempre me resulta comprometido porque en realidad el tiempo que vive cada uno viene definido, en la mayoría de los casos, por la mezcla o amalgama de diferentes estilos que participan en mayor o menor proporción.
Pero si tuviera que definir el estilo actual diría que es una mezcla de Povera o Arte Pobre y Barroco, ambos estilos han surgido hace años o siglos respectivamente pero en Arquitectura al igual que en otras disciplinas los estilos actuales son en muchos casos revival de estilos surgidos en otras épocas.
Ambos estilos responden al momento actual que vivimos; por una parte nos hemos visto muy afectados por la grave crisis económica que sufrimos y eso se plasma en el estilo Povera, pues esta tendencia surgida en la Italia de la postguerra, utiliza el reciclaje y la ausencia de acabados para definir los interiores, por otra parte el Barroco es la herencia de lo que estábamos viviendo antes de la crisis; el ambiente recargado recuerda a la opulencia y el bienestar del que gozábamos.
Sin duda la fusión de estilos, al igual que el de razas, crea resultados interesantes y divertidos de analizar y es especialmente complicado aunar características dispares para que un interior parezca consensuado, y ahí le toca demostrar al decorador su pericia como diseñador.
Hacia los años `90 se impone el Minimalismo, debo reconocer que es una de mis debilidades. La ausencia de elementos decorativos, pureza en las líneas, ambientes casi monocromáticos…en estos ambientes no hay “ruido”, todo es calma, relax. Es un estilo pensado para espacios amplios, con grandes vanos.
Si hago referencia al Minimalismo frente a otros estilos que puedan parecer más apetecibles; Kitch, Zen, Etnico, Rústico, Clásico, …es porque me parece el más complicado de obtener.
Pensad que como decoradores debemos crear un ambiente con la ausencia de elementos…casi nada. Durante estos años de ejercicio profesional he visto de todo, compañeros que hacían un ejercicio de análisis exhaustivo para conseguir un interior minimalista y otros que con solo pintar una casa de blanco y una pared de grafito ya daban por terminada su interpretación del minimalismo.
Crear tanta pureza visual con un buen resultado es muy complicado.
Otra cosa que me encanta del minimalismo es que ha venido para quedarse, pero para quedarse para SIEMPRE porque una vez que hemos probado el minimalismo en la cocina es difícil volver a la cocina recargada y moldurada de otras décadas. Igual en el mobiliario, las piezas bajas tipo módulo sobre la que apoyar la TV son una opción muy resultona en cualquier ambiente y es que el minimalismo me gusta porque combina con todo, su sobriedad, su silencio, su austeridad no distorsionan nunca el diseño y hasta pueden revalorizar otras piezas que le adosemos.