Emprender sí, financiar no
Muchas son las voces desde diferentes ámbitos políticos y empresariales que afirman que la única forma de salir de la crisis es que empecemos a generar nuestros propios empleos, es decir, hacernos emprendedores.
Partiendo de que más de un 90% de las pymes en España son micropymes o trabajadores autónomos (entre 1 y 6 empleados), la cosa puede ir en esa dirección.
El problema radica en que no estamos precisamente en un país que ayude a los emprendedores, sino todo lo contrario.
Excesiva burocracia pública, muchos trámites previos a ponernos en marcha en los que necesitamos un asesoramiento, costes excesivos a asumir por el emprendedor antes de empezar a trabajar y a cobrar,…. Muchas son las trabas que podríamos indicar que dificultan la aparición de emprendedores en España desde siempre.
Pero ahora hay que añadirle el agravante del cierre del grifo crediticio por parte de las entidades financieras. Si ya es difícil que una mediana empresa consiga financiación en estos tiempos, no digamos una micropyme, un autónomo y un emprendedor. Este último puede decirse que lo tiene prácticamente imposible.
Muchas son las entidades que se han lanzado en los últimos meses a poner líneas de créditos a micropymes o autónomos y a emprendedores. Para los dos primeros con la finalidad de generen más empleo. Para el emprendedor, para que pueda conseguir su autoempleo.
El problema radica en que efectivamente las entidades abren líneas de crédito pero se olvidan de mencionar los criterios de riesgos para los que solicitan estas financiaciones. Las garantías (avales) que solicitan las entidades financieras a muchos emprendedores son imposibles de cumplir con lo cual sí que ofrecen financiación pero nadie la demanda.
Lo que sí es verdad es que ir a nuestra entidad de confianza, plantearles nuestro proyecto y solicitar financiación para el mismo es lo más rápido que podemos hacer, ya sea con respuesta positiva o negativa. Poseemos un historial de cliente que les permitirá tomar la decisión de forma más rápida.
Por este motivo, dificultad de conseguir la financiación inicial para emprender, es conveniente que sepáis que existen otra serie de entidades, públicas o privadas, que también ayudan a los emprendedores, pero que poseen una capacidad de respuesta más lenta ya que exigen del cumplimiento de requisitos burocráticos y eso en este país ya se sabe cómo va.
Desde DIGIPYME, o sea, la Dirección General de Industria y de la PYME, organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, se convocan anualmente ayudas que sirven de apoyo directa o indirectamente a emprendedores y a la PYME. Pero no solo eso, desde la empresa ENISA (Empresa Nacional de Innovación S.A.) proporcionan financiación directa a emprendedores.
Claro está que hay que cumplir muchos requisitos, plazos y trámites que puede que el emprendedor no tenga tiempo a cumplir ya que necesite montar su negocio antes, pero el hecho es que las condiciones económicas que se ofrecen en estas financiaciones son muchísimo más baratas que las que ofrece cualquier entidad financiera: reducidas comisiones, menores garantías, posibilidad de plazos de carencia inicial,…
También vía organismos públicos, nos encontramos con las denominadas Sociedades de Garantía Recíproca en las cuales también interviene DIGIPYME a través de la Compañía Española de Reafianzamiento SA (CERSA). Estas sociedades (SGR) ayudan a los emprendedores a tener acceso al crédito en las entidades financieras a través de la prestación de avales ante estas o ante AA.PP.
Recientemente se ha puesto de moda otro tipo de financiación para proyectos emprendedores como es el denominado crowdfunding y que se liga mucho a las nuevas tecnologías. Operativamente estamos ante una red de microcréditos o micromecenazgo. Un emprendedor pone su proyecto en una plataforma de crowdfunding y solicita financiación para ponerlo en marcha. La gente que quiera ‘invertir’ o ‘donar’ una cantidad de dinero para que este proyecto salga adelante lo hace llegar a la plataforma de tal manera que, muchas pequeñas aportaciones, hacen que se pueda conseguir la financiación necesaria para que el emprendedor arranque. Pueden ser microdonaciones o bien micropréstamos. En este último caso, dependiendo de la plataforma, del proyecto y de la cantidad solicitada, habrá diferentes formas de devolver a cada microprestamistas el dinero que nos ha dejado.
En España hablamos ya de la existencia de 60 plataformas de crowfunding.
Hasta ahora se podía decir que esta figura era la de los llamados ‘Business Angels’, grupo de personas que depositaban determinada cantidad de dinero propio en una cuenta común de la que se prestaba una determinada cantidad a los emprendedores para que lanzasen su proyecto, eso sí, con un coste determinado de financiación y con una garantías de riesgo determinadas a cubrir.
Una última forma de montar un emprendedor su proyecto en estos momentos son los denominados bancos de tiempo donde no se demandan dinero, sino lo que se demanda es mano de obra o bienes o servicios que el emprendedor necesita. A cambio el ofrece al banco de tiempos su trabajo. Todos estos intercambios están valorados y el emprendedor se compromete a devolver lo recibido a cualquier otro miembro con su trabajo. Veamos un ejemplo.
Un emprendedor necesita material de oficina por valor de 2.000 euros para comenzar su actividad. A este banco de tiempos o de tareas, como se le puede llamar también, se lo solicita y encuentran un miembro del mismo que le da el material que solicita. El que lo presta adquiere el derecho a disfrutar de servicios no solo de este emprendedor, sino de cualquier otro que esté operando con el banco por esos 2.000 euros que ha prestado. El que recibe el préstamo se compromete a devolver a cualquier miembro del banco sus servicios hasta un importe de 2.000 euros. Supongamos que en este ejemplo el emprendedor limpia oficinas a 100 euros. Devolverá el valor del material recibido cuando realice 20 servicios de limpieza a otros miembros del banco. Realmente estamos hablando de un intercambio de trabajo, servicios y/o bienes. Es interesante para aquellos emprendedores que no necesiten mucha financiación inicial ya que con su trabajo pueden ir pagando lo recibido.
No obstante os damos un consejo: no es más importante el conseguir la financiación inicial como que el proyecto que vayamos a emprender esté bien planteado. Lo primero que debemos de hacer es tener un buen proyecto, bien analizado y bien estudiado. Luego buscaremos financiación. Lo contrario la mayoría de las veces conduce a pedir un dinero que no podremos devolver porque habremos cerrado antes de poder reintegrarlo.