El Vino de la Quincena: nueva añada del ‘joven’ Heredad 26 Mencía, llegando a la mayoría de edad
- Colaboración del Grupo Sobrelías (Revista, MarketPlace y Guía)
Hoy os acercamos la cata del vino Heredad 26 Mencía 2021, la nueva añada de este vino que vio la luz en el año 2019, con lo cual estamos en su tercera añada lo cual nos permite poder hacer ya una cata de su evolución desde su nacimiento.
El que fue por dos años consecutivos uno de los mejores mencías jóvenes del Bierzo, vuelve ahora con una nueva añada y se puede decir que ya ha alcanzado la mayoría de edad ya que, pese a ser un vino joven, sin crianza en barrica, ha creado un estilo personal, propio y diferenciador de otros mencías jóvenes, mostrando a la perfección la tipicidad de la zona, de la varietal y del estilo con el que lo elabora la bodega, Heredad Morán & López.
Un trabajo de reposo sobre sus lías, unido a la microoxigenación en el proceso de vinificación, le dan una complejidad que se une a la perfección a la frescura de este perfil de vino y de esta uva. Muy buen trabajo consiguiendo darle complejidad al vino sin la necesidad de que entre la madera en juego.
En vista es un vino realmente brillante, limpio, llamativo, ya que la microoxigenación que os comentábamos le permite conseguir una extracción de color muy interesante y diferenciadora de otros vinos jóvenes. Una capa media, por momentos alta, deja mayor intensidad cromática que las dos primeras añadas. Cereza picota, con reflejos violáceos y algún toque rubí le da una enorme personalidad. Muy buena lágrima, fluida y que tiñe muy bien.
En nariz, como pasaba como en vista, su especial vinificación le ha dado complejidad sin necesidad de la barrica. Muchísima fruta roja, muy fresca, cerezas, fresas, frambuesas. Aportes florales que se intensifican tras airear la copa, toques a violetas. Un ligero toque a balsámicos fruto de las lías, con un fondo mineral bastante marcado.
La boca es de ataque muy fresco, con un paso con mucha fruta, donde la acidez está muy bien controlada, dándole viveza por el paladar, con un volumen medio. Muy buena persistencia y un final bastante largo para estar hablando de un vino joven. La mineralidad de la nariz se vuelve a percibir en boca y en el postgusto.
Un vino que podemos decir que se ha marcado una línea de calidad cada año dentro del perfil de los vinos mencías jóvenes, donde la presencia de la fruta es un rasgo diferenciador, con una complejidad natural del excelente trabajo de las lías. Enorme reflejo de la tipicidad del terruño berciano y de esta varietal fresca y dinámica como es la mencía.
Un vino que se nos antoja esencial su cata para comprender más de esta varietal