El trazado de la A-76 amenaza el túnel romano de Montefurado y la Ribeira Sacra, según “Boca do Monte”
- Esta asociación sociocultural es partidaria de que se modifique el proyecto conectando A Rúa con A Gudiña y la A-52
La Asociación Sociocultural Boca do Monte de Anguieiros (Montefurado, en el Ayuntamiento lucense de Quiroga) considera que el trazado de la futura A-76 (Ponferrada-Ourense) constituye una amenaza seria para el túnel romano de Montefurado, situado en el límite con la comarca de Valdeorras.
El colectivo argumenta siempre ha visto con recelo el paso de la A-76 a escasos metros del citado y su posterior continuación hacia la Ribeira Sacra. Esta zona gallega, siendo Montefurado su puerta de entrada desde el Este, aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, “candidatura que quedaría descartada si se construye una autovía que abriría un tajo irreparable en pleno corazón de sus cañones y sus bosques milenarios”, argumenta.
Por ello, “Boca do Monte” se ha movilizado desde el inicio del proyecto de la A-76, realizando alegaciones a un trazado “que consideramos devastador y catastrófico para el túnel romano y su entorno, es decir, el meandro que los romanos desecaron para buscar oro cambiando el curso del río Sil a través de la montaña, en una de las mayores obras de ingeniería de todos los tiempos”, añade.
La A-76 pasaría a pocos metros del túnel y, esta asociación cree que ocasionaría un grave perjuicio al meandro, historia viva del pasado y de gran riqueza en lo que a flora y fauna autóctonas de la zona se refiere. Además, recientemente nuevas voces alertan del riesgo de derrumbe del túnel, concretamente Miguel Llorente Isidro, jefe en Galicia del Instituto Geológico y Minero de España. “La construcción de la A-76 a 100 metros del túnel, con las voladuras, los explosivos, las obras y la presión del tráfico, serían sin duda la puntilla definitiva”, expone.
Lamentablemente, al contrario que otras asociaciones de la Ribeira Sacra que también se oponen al trazado previsto, “nosotros no hemos podido seguir adelante con las reclamaciones legales debido a nuestra humildad presupuestaria”, relata la Asociación Boca do Monte.
Detalla que las obras de la A-76 podrían comenzar antes de final de año, en el tramo entre Rubiá y O Barco de Valdeorras, y el resto de tramos desde Ponferrada se hallan en fase de estudio muy avanzadas. “Es un hecho innegable que la autovía va a llegar en los próximos años, al menos, hasta O Barco. Por esta razón, y siendo coherentes con nuestras aspiraciones, nos vamos a posicionar a favor de una opción, que la autovía llegue desde Ponferrada hasta A Rúa de Valdeorras, y desde allí enlace en A Gudiña con la A-52 (autovía de las Rías Baixas hasta Ourense). Dicha opción ya ha sido defendida públicamente por partidos políticos como Ciudadanos y entidades como la Federación Leonesa de Empresarios. Aparte de sus razones (rapidez, aceleración de plazos, gran ahorro inversor, conexión del Bierzo y Valdeorras con la estación del AVE de A Gudiña y con Oporto (Portugal), entre otras), “desde nuestra asociación pensamos que sería una alternativa más viable, económica y respetuosa, y se conseguiría preservar el túnel romano y la Ribeira Sacra (recordemos que los tramos de la Ribeira Sacra apenas están en sus fases iniciales, cuentan con numerosas alegaciones y serían los más costosos y caros de realizar en una época de crisis como la actual, además de ser los que más destrozo causarían en el territorio)”.
Argumenta el colectivo que en dicha parte, “bastaría con acondicionar la actual N-120 como está ya en las inmediaciones de Monforte de Lemos, con dobles carriles, vallado de la calzada, mejora del firme, etc., convirtiéndose de facto la carretera nacional en una vía rápida”.
Finalmente, la Asociación Boca do Monte confía en que “prime el sentido común en los nuevos políticos que están entrando en escena y que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de estos insustituibles espacios rurales y naturales del interior de Ourense y Lugo, únicos en Europa, y que históricamente ya han sido suficientemente maltratados”. Y concluye deseando que “ojalá algún día no tengamos que arrepentirnos de haberlos destruido (o de haberlos dejado destruir) para siempre”.