El Rei Felipe VI, Embaixador de Honra do Camiño de Santiago
INTERVENCIÓN DO PRESIDENTE DA XUNTA NA ENTREGA DO TÍTULO DE EMBAIXADOR DE HONRA DO CAMIÑO DE SANTIAGO Á SÚA MAXESTADE EL-REI FELIPE VI.
Maxestade:
Sabede que quen vos fai entrega destas credenciais que vos converten no primeiro Embaixador de Honra do Camiño de Santiago, é unha multitude de peregrinos que proceden do pasado, que están no presente e que agardan no futuro.
Xuntos, todos eles conforman un país singular, capaz de transcender o tempo e de superar fronteiras. Un país peregrino que garda o tesouro incalculable da fe no ser humano e na súa transcendencia.
¿Que busca o peregrino que chega a Compostela? Seguramente, o sentir a cercanía da eternidade.
Aquí dialoga con afastados antepasados que sentiron o mesmo ca el nesta Praza do Obradoiro, ao proxectarse cara os ceos seguindo as torres da Catedral.
Aquí comunícase co viaxeiro que entra nun anticipo da gloria despois de traspasar o Pórtico.
Aquí abraza no Apóstolo todos os bos sentimentos que fixeron que a humanidade fose máis humana.
Así como o embaixador clásico ostenta a representación dun territorio, o do Camiño representa valores que non deixaron de estar vixentes.
Son muchos, pero quizá los que tengan hoy más importancia, en esos valores, sean la tolerancia con el pensamiento ajeno, y la convicción de que las identidades personales y colectivas son plurales y nunca excluyentes.
El milagro de la Ruta Xacobea no hubiera sido posible sin la capacidad de los peregrinos que se encuentran, para intercambiar sus culturas, para mezclarlas y lograr así una cultura común.
Lo que aquí llega es un compendio. El peregrino que empieza a caminar pensando que su mundo acaba en la montaña que domina el horizonte, llega a Santiago transformado en alguien que, sin perder sus orígenes, ha adquirido la condición de europeo.
Ha aprendido de los demás, y ha enseñado a los demás. Ese Camino y esos caminantes configuraron el primer Parlamento de Europa. Un Parlamento ambulante pero efectivo para crear una nueva conciencia.
Ese Camino está también en el origen y la esencia de la España de hoy. En parte le debemos al Camino que aquellas palabras dolientes del poeta que se referían a España como ‘peregrina a ningún lugar’, se transformen en otras muy distintas.
Señor, la España en la que reináis sigue siendo peregrina, pero define su itinerario y se siente acompañada por la gran comunidad de naciones libres de Europa y del mundo. El español que viene al mundo no corre ya el peligro de que le hiele el corazón un bando o el otro. Será libre, en una nación libre y unida.
Quiero recordar en este acto lo que dijisteis al Apóstol Santiago con ocasión de la ofrenda en 2014. “En nuestra España unida y diversa, caben todos los sentimientos y sensibilidades; caben todas las formas de ser español”. La nuestra, Majestad, es ser gallegos y estar modelados por una cultura que enriquecen dos lenguas porque, en la ‘Galicia de los mil ríos’ que definió Cunqueiro no hay cabida para que una de nuestras identidades se sienta perjudicada por la otra.
Es precisamente ese Camino al que habéis representado con orgullo y seguiréis representando ahora como Embajador, el que enseñó a Galicia a ser como es. Nos enseñó que la idea de pertenencia forma círculos concéntricos que sólo son hostiles en las mentalidades pequeñas.
Esa singularidad de la Galicia del siglo XXI se siente comprometida en una España constitucional que nos salvaguarda de privilegios egoístas, y nos permite ser lo que queremos ser.
Esa España la vemos en usted, Majestad, como antes la vimos en el Rey Don Juan Carlos. Vuestro acceso a la Jefatura del Estado es la prueba de que continuidad y renovación no están reñidas. Es ese binomio el que ha permitido que nuestro país recorriera esta fecunda etapa democrática, superando los obstáculos que se presentaron en su andadura.
Con la vista puesta en el presente y en el futuro, nos sentimos seguros ante los nuevos desafíos. Bajo discrepancias que en ocasiones se antojan profundas, late la unidad más profunda aún del pueblo español, dispuesto a salvaguardar lo que logramos entre todos.Majestad. Hace poco os dirigíais a la Asamblea General de las Naciones Unidas, con un mensaje que queremos que hoy resuene en Compostela. ‘Pensar en un solo mundo, nos obliga a actuar como un solo mundo’.
Esa conciencia de formar parte del mismo mundo empezó a fraguarse en ese Camino del que sois el mejor Embajador, el mejor Embajador vitalicio. No lo olvidéis señor, Embajador vitalicio. Acabáis de asumir vuestro segundo mayor compromiso. Después de ser el primer español ahora sois el primer defensor del Camino de Santiago, y para siempre.
Galicia agradécevos que, primeiro como Príncipe e agora como Rei, defenderas sempre os valores das rutas xacobeas, como un peregrino máis. E quere aproveitar esta distinción para pedirche ousada pero sentidamente que sigas tendo presente este símbolo de Galicia e de España no teu labor como máximo representante do noso país no mundo. Sabemos así seguirá sendo.
Moitas grazas. Muchas gracias.