“El precio de ‘salir de la crisis’ no puede ser que nos resignemos a la precariedad”, Santiago Molina, gerente de AEMTA
- El principal factor a la hora de emprender es la necesidad de darse una respuesta vital
- Poder poner en valor las experiencias vividas es importante para quienes desean emprender
- Insistimos en que el emprendedor en realidad lo único que necesita es una idea “¿A qué me quiero dedicar?” (e inevitablemente un capital de arranque), mientras que de todo lo demás ya nos ocupamos nosotros
Entrevistamos al gerente de la Organización de Sociedades Laborales de Castilla y León, AEMTA, Santiago Molina Jiménez.
Realiza un repaso a la organización, al emprendimiento y al estado actual económico. Nos comienza relatando que desde su constitución en 1995 la Organización de Sociedades Laborales de Castilla y León, AEMTA, viene ejerciendo la representación, defensa, difusión, consolidación y desarrollo del modelo de Sociedad Laboral apoyando y fomentando el autoempleo en general y la Economía Social en particular, realizando estas funciones representativas y de defensa del modelo tanto ante las Administraciones Públicas de Castilla y León como ante a la Administración General del Estado a través de su integración como organización representativa de Castilla y León en la patronal nacional del sector (CONFESAL).
Actualmente reguladas por la Ley 44/2015 de 14 de octubre, que apuesta por una “actualización” del modelo a las nuevas realidades que se han ido detectando después de la aprobación de la Ley 4/16997, orientadas muy especialmente a facilitar tanto la constitución como la permanencia así como la gestión de nuevas Sociedades Laborales, y a flexibilizar su funcionamiento a partir de las similitudes que encontramos con la Ley de Sociedades de Capital, el art. 1 de la norma se mantiene fiel, no obstante, al concepto de “Sociedad Laboral” conservando los rasgos esenciales que la caracterizan desde la creación del modelo y entre los que se destacan:
- Que la mayoría del capital social sea propiedad de trabajadores que presten en ellas servicios retribuidos de forma personal y directa, en virtud de una relación laboral por tiempo indefinido,
- Que ninguno de los socios pueda tener acciones o participaciones que representen más de la tercera parte del capital social.
¿Por qué nace AEMTA y cuáles son sus objetivos?
AEMTA Castilla y León surge, en realidad, de una necesidad social. A mediados de los años ‘70 del siglo pasado, la tremenda crisis política y económica derivada de lo que se llamó en su momento “la crisis del petróleo” y la repercusión que tuvo sobre el equilibrio de fuerzas en política internacional y a su vez la repercusión de ésta sobre los “mercados” de la época, con sectores industriales obligados a reconvertirse y con el cierre de muchas pequeñas y medianas empresas se produjo así mismo una gran pérdida de puestos de trabajo.
Muchos trabajadores, apoyados por el Fondo Nacional de Protección al Trabajo que era un producto clarísimo del “desarrollismo” y que estaba vinculado al Patronato de Protección al Trabajo que venía de los ’60 y cuyo ánimo era tanto la protección de los trabajadores en situación de desempleo como establecer cauces para la reconversión industrial, decidieron adquirir muchas empresas y gestionarlas ellos mismos.
Posteriormente y una vez legalizado el Derecho de Asociación y en el aspecto empresarial revalorizado como elemento fundamental para la intermediación entre la sociedad civil y los Poderes Públicos, la necesidad de compartir la defensa de los intereses comunes así como la puesta en valor de las experiencias propiciaron también el nacimiento de las Organizaciones Representativas de las Sociedades Laborales.
¿Es la Sociedad Laboral una de las mejores fórmulas para emprender?
En mi opinión no es que sea una de las mejores fórmulas, sino que probablemente sea “la mejor”. Sin duda la Sociedad Laboral en el plano mercantil es el mejor invento del siglo XX puesto que lo que hace es definir y anticipar el modelo de empresa para el siglo XXI.
Cuando hablamos de Sociedades Laborales hablamos de emprendimiento, sí, pero al consistir en emprendimiento colectivo, también entra en juego la participación. Creo que es importante clarificar este concepto: “participar” es formar parte y en las Sociedades Laborales se forma parte como en las demás mercantiles a través del capital social. Pero además, y por los elementos que convierten este modelo en algo distinto, también permite la participación a través de otra dimensión que no es estrictamente empresarial sino “humana” como es la toma de decisiones. El emprendimiento y la empresa en el siglo XXI sólo se pueden entender como un proyecto compartido y no restringido a las personas que forman parte de un proyecto empresarial, sino extendido a los grupos de interés y en su vinculación con el entorno en el que se encuentran.
¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes?
Personalmente, las ventajas de la Sociedad Laboral frente a los otros modelos mercantiles del mismo tipo (sociedades anónimas y limitadas “convencionales”) en mi opinión se pueden clasificar en dos tipos: por un lado estarían las “materiales”, entre las que encontramos tanto las líneas de ayudas específicas para el sector de la Economía Social como las ayudas a la inversión y a la incorporación de socios, y por otro las “inmateriales” y que tienen que ver con los valores compartidos que caracterizan a las Sociedades Laborales.
Desde una perspectiva de valores éticos aplicados a la economía, podemos decir que la Sociedad Laboral se asienta sobre la confianza, la cooperación, la solidaridad y la voluntad de compartir, que son precisamente los mismos valores que está acreditado que aseguran el éxito de las relaciones personales y que sin duda también son una ventaja por no decir directamente “garantía”. Por otra parte, más que hablar de inconvenientes, puesto que intrínsecamente no se ve afectado ni por más ni por menos inconvenientes que los modelos mercantiles convencionales, sí que diría que en determinadas situaciones es una pena que por ejemplo la normativa fiscal no tenga en cuenta que la Sociedad Laboral, aun siendo un modelo societario sometido en última instancia a la Ley de Sociedades de Capital como cualquier empresa, a consecuencia los valores éticos de los que hablaba antes, integra un “compromiso social” de manera que no se rige exclusivamente por la estricta búsqueda de beneficios y que también la hacen merecedora de una especial consideración por parte de los Poderes Legislativos.
¿Reciben muchas consultas?
En 2016 y para la puesta en marcha de proyectos empresariales atendimos a 76 emprendedores y conseguimos cerrar 16 proyectos antes de fin de año, habiendo pasado muchos a 2017 en alguna fase de su tramitación de manera que, o bien han culminado ya o están a punto de hacerlo. Por otro lado y en tanto que Agencia de Colocación el año pasado atendimos a 166 personas que buscaban trabajo por cuenta ajena.
Poder poner en valor las experiencias vividas es importante para quienes desean emprender.
¿Cómo ha evolucionado el dato en estos años de crisis?
Lo cierto es que no ha sido hasta esta última crisis que, por primera vez desde que existen las Sociedades Laborales ha disminuido el número de constituciones, circunstancia que contribuye un poco más si cabe a que nos hagamos idea del alcance por un lado y de la agresividad por otro, que esta última crisis ha desplegado.
Partimos de que la Sociedad Laboral era un modelo especialmente concebido para “capear” las fases regresivas de los ciclos económicos facilitando el relevo en la toma de decisiones aprovechando el conocimiento profundo de las áreas de actividad por parte de quienes habían desarrollado esas funciones por cuenta ajena, con el compromiso añadido que implicaba el emprendimiento y que se traducía en que hasta ahora siempre habíamos tenido un comportamiento anti-cíclico siendo precisamente en los periodos de crisis económica cuando más sociedades laborales se constituían.
No obstante e independientemente de esta circunstancia, el comportamiento de la Sociedad Laboral en esta crisis ha sido mucho más favorable que el que ha tenido la empresa tradicional en cuanto a la supervivencia de las empresas y consecuentemente, el mantenimiento de los puestos de trabajo.
¿Es 2018 el inicio definitivo de la recuperación en nuestra comunidad?
La verdad es que la respuesta a esta pregunta depende de lo que cada cual entienda por “recuperación”. Es cierto que hay ratios económicos que han alcanzado parámetros previos a la crisis, pero esta realidad también nos muestra otros datos que siguen diciéndonos que si realmente estamos saliendo de la crisis no a todos nos está afectando por igual. De todas maneras el precio de “salir” no puede ser que nos resignemos a la precariedad.
¿Qué sectores considera clave AEMTA en la actualidad para el desarrollo empresarial y económico?
Pues ahora mismo diría que la sociología ha definido dos marcos que resultan muy interesantes y muy ilustrativos respecto de lo que podemos considerar “tendencia” en relación con las inquietudes emprendedoras más en vanguardia de la actualidad económica:
- Por un lado lo que se ha dado en denominar la “sociedad del conocimiento” en el contexto de una sociedad “post-era de la información” y que emerge en el siglo XXI a consecuencia de los cambios a los que la sociedad se ve inducida debido a serie de innovaciones tecnológicas desarrolladas principalmente a través de la informática (tanto en lo que se refiere a aplicaciones de compra e intermediación como a programación) de las telecomunicaciones en todas sus variantes y de los nuevos medios de comunicación. Curiosamente, y aunque pudiera parecer contradictorio por el acento “tecnológico”, esta sociedad del conocimiento, tal y como la describen los sociólogos descansa sobre dos pilares que son la educación y la cultura.
- Por otro lado estarían todas las posibilidades integradas dentro de la denominada “economía sostenible” desde una perspectiva (lógicamente) ambiental y social, pero también financieramente factible y, por supuesto, rentable, y que creemos que sin duda será de especial importancia en Castilla y León de cara entre otras cosas a atajar el problema de la despoblación. Creemos firmemente que al mundo rural le corresponde jugar un papel esencial en la sociedad del futuro y que tiene que empezar a jugar sus cartas desde ya.
Inevitablemente la “cristalización” en el corto plazo de estas dos tendencias, que están a la vanguardia del emprendimiento, requiere de un doble impulso:
- Por un lado, de inversiones públicas que contribuyan a que los nuevos sectores sean 100% competitivos, momento a partir del cual estas inversiones dejarán de ser necesarias,
- Un ligero esfuerzo por parte de la sociedad para adaptarse a “nuevas situaciones” como el reciclaje, el ahorro energético, el consumo comprometido… en pro del mantenimiento de la calidad de vida sin que implique ninguna disminución de las prestaciones de confort actuales y sobre todo permita la pervivencia de una sociedad realmente sostenible que transmitir a las futuras generaciones.
La relación entre economía y sostenibilidad no podemos olvidar que es muy estrecha; no es nada nuevo que consumimos recursos a un ritmo superior al que la naturaleza los genera, de manera que nuestro modelo actual es insostenible. Por ejemplo en el aspecto energético: si la energía necesaria para una sociedad viene de recursos que no son sostenibles, cada vez serán más caros debido a su escasez y pueden llevar a provocar desequilibrios geopolíticos y económicos a medio y largo plazo. Ahí está por ejemplo la apuesta por otros modelos energéticos que frecuentemente se canaliza a través de iniciativas de “Economía Social”, pero que también necesita de la concurrencia de los Poderes Públicos para que sea realmente efectiva.
Insisto en que dentro de estas nuevas realidades que constituyen sin duda la cara más apasionante de lo que llamamos “futuro”, para AEMTA es fundamental estar ahí, siendo parte, acompañando, reforzando, intermediando y solucionando; jugando un papel en el contexto de una nueva economía orientada, dirigida y centrada en la persona. De la misma manera que en el Renacimiento el arte se volvió al ser humano tomándolo como centro, causa y destino, ahora toca que sea la Economía la que vuelva la vista a la dimensión humana y se coloque al servicio de las personas. Y ese es uno de los principios fundamentales de AEMTA Castilla y León.
¿Qué factores percibe AEMTA a la hora de decidirse a emprender?
El principal factor es la necesidad de darse una respuesta vital. Una respuesta que en la medida en la que el proyecto es compartido, indudablemente lo hace más sólido.
¿Qué destacaría de AEMTA y cómo afrontan 2018?
Hablar sobre lo que destacaría podría sonar entre pretencioso y subjetivo puesto que más de veinte años después sigo estando convencido de que la Sociedad Laboral es en el modelo empresarial de vanguardia, pero en cualquier caso y sin abandonar la objetividad sí me atrevo a destacar su papel para transmitir criterios empresariales a personas que carecen de experiencia en la gestión de un negocio, tratándose además de “criterios” que incorporan la dimensión humana del trabajo, la dimensión social, la dimensión económica y sobre todo el compromiso.
En relación con lo que me preguntabas anteriormente en todas las acciones que realizamos desde AEMTA Castilla y León en pro de la difusión tanto del modelo mercantil que en tanto que Organización, como del emprendimiento en general, insistimos en que el emprendedor en realidad lo único que necesita es una idea “¿A qué me quiero dedicar?” e inevitablemente un capital de arranque, mientras que de todo lo demás (del estudio de viabilidad, del plan de empresa, del asesoramiento jurídico…) ya nos ocupamos nosotros. Lo que pretendemos con esto es que el emprendedor se sienta acompañados durante todo el recorrido tendente a la creación de la empresa e incluso una vez que el proyecto ya es real.
Por otro lado, hay empresas o directivos que no quieren darse cuenta de que el mundo no es que esté cambiando ni que vaya a cambiar sino que ya ha cambiado. En las empresas, ahora mismo, entran en juego una serie de factores a los que obligatoriamente tienen que responder y esa respuesta no puede sino darse desde la participación y la integración. La cualificación de las nuevas generaciones plantea nuevas necesidades que se resuelven con los modelos de gestión; la estructura jerárquica tradicional ha perdido todo el sentido, puesto que la sociedad de la que de alguna manera es reflejo, también es otra, y también creo que en este nuevo modelo productivo se terminará imponiendo la sustitución de los “jefes” del ayer por los líderes del mañana.
En este contexto y retomando un poco lo que te decía en el sentido que la Sociedad Laboral es el modelo empresarial del futuro, elementos que ahora mismo empiezan a integrarse de manera natural en el imaginario empresarial como la participación, la orientación al cliente, el compromiso con el entorno… son valores que han formado parte del ADN de las Sociedades Laborales desde su creación.
La participación construye una sociedad diferente de manera que se hace necesario “trabajar” la cultura participativa también cuando hablamos de emprendimiento y sobre todo a través de su versión más moderna que es acometerlo colectivamente, y que nos lleva de directamente a la Sociedad Laboral. Una nueva manera de entender la empresa contribuye también a mejorar la sociedad.
“La empresa” son personas tecnología, medios, relaciones, ubicación, entorno, sociedad, relaciones institucionales, capital relacional… es mucho más. Y en ese mucho más la creatividad de las personas hace más grande a la empresa. Sin duda, uno de los factores que más contribuyen al éxito de un proyecto, es que éste sea compartido.
AEMTA y Santiago Molina Jiménez
Santiago Molina fue promotor y fundador de AEMTA Castilla y León en 1995. En la actualidad es el Gerente de la Organización, realizando el seguimiento periódico de las acciones y objetivos que permitan desarrollar la Misión y alcanzar la Visión de AEMTA a través de los planes de acción de los procesos y la implicación y participación de las Personas de la organización. Impulsor del reconocimiento de las Sociedades Laborales en Castilla y León.