El perro que quería ser peregrino

  • Un grupo de Navarra, Andalucía, Italia, Suiza y Alemania que recorre el Camino de Invierno tuvo que dejar un can en A Rúa, que se les unió por sorpresa en el Camino Francés

Un grupo de peregrinos procedente de Navarra, Andalucía, Italia, Suiza y Alemania  llegaron hasta A Rúa el viernes haciendo el Camino de Invierno rumbo a Santiago de Compostela.  Se conocieron en el Camino Francés y decidieron recorrerlo juntos. Pero no lo hicieron solos. Un amigo inesperado se cruzó por sorpresa en su ruta, un perro que no se separó de ellos durante largos kilómetros y al que le tomaron un cariño muy especial.

Sin embargo, al llegar al Campo de San Roque de A Rúa tomaron la difícil decisión de dejarlo en la villa, teniendo en cuenta el extenuante viaje a pie y pensando en la salud y bienestar del animal. Por este motivo, los peregrinos llamaron a la Guardia Civil quien a su vez requirió la presencia de la Policía Local de A Rúa para trasladarlo a la perrera. Pero no fue fácil. El perro accedió a ser atado con una cinta de plástico por un municipal, sin embargo, al ver que los peregrinos partían (hacia el albergue de A Rua, donde pasaron la noche), empezó a llorar, hizo un movimiento brusco y rompió la improvisada cadena plástica de su cuello para seguir al grupo.  Y a punto estuvo de ser atropellado, al atravesar  una carretera con tráfico en ese momento.

Finalmente, después de volver a intentar atraparlo, optaron por  dejar partir al animal con los peregrinos hasta otro tramo de A Rúa cercano al albergue en el que se realizó “la captura”. Ahora, el perro que quería ser peregrino y llegar a Santiago de Compostela con este grupo, al que convirtió en su amo durante unos días, duerme ya en la perrera de A Rúa.

Los peregrinos manifestaron que “nos da pena, pero es lo mejor para el animal”. Además, relataron su experiencia por el Camino y cada uno de ellos lo recorre por diversos motivos personales, desde el que perdió a su  hija de 9 meses hace 3 meses, hasta el que lo hace por motivos religiosos o, por primera vez, simplemente por el placer de descubrirlo.

“Es una experiencia maravillosa. El Camino es duro.  Hacemos casi 40 kilómetros al día. Algunos acaban con ampollas en los pies. Lo que más nos sorprende es la gente de los pueblos, es muy amable, te acogen bien, te ayudan y te sacan de apuros”, explicaron.

Valoraron que en el Camino Francés “está tan bien organizado,  no hay dificultades, pero en el de Invierno es más complicado, hay menos infraestructuras. De hecho, tuvimos que dormir en un pabellón de deportes en el Puente Domingo Flórez. Pero elegimos este camino porque es el menos conocido, para tener una experiencia nueva y distinta. Fue en Ponferrada donde nos enteramos de la existencia del de Invierno. Ha sido todo sin planificar”, dice Jesús García, de Tafalla (de Navarra). Y como curiosidad apunta que el Camino “está lleno de coreanos, muchos”. Ahora el grupo sigue rumbo a Santiago.

Secuencia:

El grupo de peregrinos posa en A Rúa con el perro

El grupo de peregrinos posa en A Rúa con el perro

Peregrinos de Alemania, Italia y Suiza (de izquierda da derecha)

Peregrinos de Alemania, Italia y Suiza (de izquierda da derecha)

Hablándole al perro peregrino

Hablándole al perro peregrino

Momento de la despedida del perro

Momento de la despedida del perro

El perro se resiste a abandonar el grupo

El perro se resiste a abandonar el grupo

Un segundo antes de que el perro rompiese la cinta que lo ataba

Un segundo antes de que el perro rompiese la cinta que lo ataba

El perro cruza la carretera y rompe el lazo que lo ataba

El perro cruza la carretera y rompe el lazo que lo ataba

El grup intenta convencer al perro después de atravesar la carreretera detrás de ellos

El grup intenta convencer al perro después de atravesar la carreretera detrás de ellos

El perro echa una cabezadita por el cansancio

El perro echa una ‘cabezadita’ por el cansancio

Jesús García, de Tafaya (Navarra)

Jesús García, de Tafalla (Navarra)

 

 

 

 

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