Casi 6.000 inspecciones en materia de tabaco en dos años en pro de proteger a las generaciones presentes y futuras
Cerca de 6.000 inspecciones en materia de tabaco realizó la Consellería de Sanidade en dos años
Así se recoge en la Memoria de la Dirección General de Salud Pública de los años 2016 y 2017
También figuran las denuncias e infracciones en materia de alcohol
Cerca de 6.000 inspecciones, concretamente 5.928, realizó la Consellería de Sanidade, dentro de la actividad del Plan Anual de inspecciones de tabaco. Estas cifras están recogidas en la Memoria 2016-2017 que la Dirección General de Salud Pública acaba de publicar. En este documento, el departamento que dirige Jesús Vázquez Almuiña refleja el trabajo llevado a cabo con el objetivo de defender la salud de la población gallega, así como incrementar y evitar la pérdida de ésta, es decir, trabajar en la protección y promoción de la salud y en la prevención de las enfermedades.
Se realizaron 125 inspecciones de parte, a partir de las reclamaciones recibidas de la población en los años 2016 y 2017, a las que hay que añadir las inspecciones de oficio que fueron un total de 4.533. Las inspecciones realizadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado fueron un total de 1.270.
Las reclamaciones recibidas, cien, en el pasado año, fueron en su mayor parte, más del 70%, por permitir fumar en lugares prohibidos, seguido de una ausencia de señalización incorrecta, 21%, fumar en lugares públicos, 5,6%; o ausencia de automatismo en la máquina expendedora, 2,8%.
La mayoría de la actividad inspectora se centra en los locales de hostelería, 3.747 inspecciones, seguido de los centros de trabajo, 373, y los locales de ocio diurno y nocturno.
Señalar que el tipo de sanción impuesta fue en la mayoría de los casos de carácter leve, 475 casos en los dos años referidos, seguido de grave, con un total de 326 casos. No registrándose infracción muy grave alguna.
Alcohol
Las denuncias e infracciones en materia de alcohol también están recogidas en la memoria de la Dirección General de Salud Pública. Así, las denuncias fueron un total de 1.312 en los años 2016 y 2017, y el número de infracciones un total de 1.447. El número de ayuntamientos donde se cometieron las infracciones fue de 179. Las denuncias según el remitente fueron mayoritariamente de la policía autonómica, 1.107, seguida de la Guardia Civil, 163, y de la ciudadanía, con 44.
Se contabilizaron cerca de 1.500 infracciones, siendo el tipo de infracción más habitual en estos dos años el consumo de bebidas alcohólicas por menores o en posesión de las mismas, 766 casos, seguido de la no señalización de prohibición de venta y consumo de bebidas alcohólicas la menores, 511 casos.
Proteger a las generaciones presentes y futuras
Desde el año 1993, la Consellería de Sanidade, por medio de su Dirección General de Salud Pública, tiene en marcha el Programa Gallego de Promoción de la Vida sin Tabaco, que engloba todas las estrategias y actividades para conseguir disminuir la mortalidad y morbilidad causada por patologías asociadas al consumo de tabaco; reducir el número de fumadores de nuestra comunidad; retrasar la edad de inicio del consumo de tabaco; asegurar el cumplimiento de la normativa vigente; conocer la evolución de la epidemia tabáquica, y evaluar la efectividad de las actividades implantadas por el programa.
En Galicia, aunque el consumo de tabaco está disminuyendo, las cifras de prevalencia de fumadores diarios (en población mayor de 16 años) es de 17,6%, llegando a un 25% en el grupo de edad entre 25 y 44 años. En España, el porcentaje de fumadores diarios segundo la Encuesta Nacional de Salud del año 2017 es del 22,08%, superando el 28% en el grupo de edad de 25 a 44 años.
En materia de alcohol, la ley actual, aprobada a finales de 2010, supuso un hito importante en la protección de los menores frente a esta sustancia. De todas formas, tras ocho años de vigencia, precisa ser actualizada y mejorada. Los cambios que los técnicos de la Consellería de Sanidade pretenden introducir en el borrador de la nueva ley buscan avanzar en la desnormalización del consumo así como incrementar la percepción de riesgo de la población y, además, limitar dentro de lo posible el acceso de los menores la estas bebidas.