Argentina busca Súper Héroe
Es urgente, necesario, vital que un Súper Héroe aparezca en estas tierras. Ángel, dios pagano o mutante, lo mismo da. Sólo tiene que portar como armas Valores, hoy casi extintos en Argentina
A saber, justicia, honradez, dignidad, trabajo, piedad, ética y respeto.
Valores absolutos, independientes de puntos de vista individuales y culturales.
No se aceptan mesiánicos que nos rediman con amenazas de infierno, ni profetas que pontifiquen desde el Aconcagua, ni milagreros que dividan las amarronados aguas del Río de la Plata. Menos que menos los poseedores de verdades totales e indiscutibles, esos últimos ya tenemos.
Un sencillo Súper Héroe, que quizás haya obtenido poderes luego de sumergirse accidentalmente en el contaminado Riachuelo, o por ingerir medicamentos experimentales prohibidos en el primer mundo y aquí de venta libre.
No importa su aspecto, es lo de menos.
Los sitios prioritarios para que comience su trabajo son, la Casa Rosada, el Congreso, el Senado y los cientos de Ministerios. Dura labor, pero no imposible gracias a sus poderes, tendrá que repartir duros mazazos de ética, disparos de honradez, rayos de dignidad, bofetadas de laboriosidad. Muchos de los que pululan en esos sitios antes más o menos respetados y hoy antros de corrupción, retrocederán aterrorizados ante esas palabras desconocidas, sentirán la inquietante amenaza y huirán, los justos deberán apresurarse a abrirles las puertas ya que las ratas acorraladas muerden.
El Súper Héroe, con voz de bronce, declamara escueto la diferencia entre lo bueno y lo malo, lo sabio y lo estúpido, la honradez de la rapacidad, no es muy difícil de explicar ni de entender.
Hasta para esos individuos que con el escudo de la impunidad que da el poder existen para perpetrar indignidades, robos, estafas, corrupciones de toda índole que matan a los ciudadanos. Y matan no metafóricamente, matan de verdad.
El Súper Héroe pondrá a cada uno en su lugar, luego de obligarlos a devolver todo lo robado.
Gobernantes a gobernar, funcionarios a funcionar, legisladores a legislar, economistas a administrar el dinero público, jueces que deberán adoptar costumbres intachables e independencia de los demás poderes para así poder juzgar. Fuerzas policiales con vocación de servicio que sepan detener delincuentes sin matar inocentes, políticos que trabajen duramente con un salario normal. Y todos los puestos de gobierno sean ocupados por personas idóneas, estudiosos, y no por amigos de amigos de hijos y de ñietos.
El Súper Héroe los vigilara como Heimdallr , sin intervenir más que con su imponente presencia, asegurandose del comportamiento responsable y ejemplar, vera que hasta los que ostentan más altos cargos viajen en transporte público y atiendan sus enfermedades en hospitales también públicos, como cualquier obrero.
Hecho esto, volara en espirales crecientes, calle por calle, imponiendo que los delincuentes sean apresados, juzgados y encarcelados, que los asesinos reciban un certero golpe mágico al cerebro y les aparezca la llamada conciencia, que los narcotraficantes vean sus polvos convertidos en cemento apresando sus manos y pies.
Y mientras vuela dejara caer nieblas penetrantes de respeto, sentido común y educación.
¿Porqué necesita Argentina un Súper Héroe?, porque ha perdido el juicio, la capacidad de indignarse, cualquier diputadillo insolente y mal educado mete miedo, la Agencia Recaudadora de Impuestos es lo más parecido a la S.S.,jóvenes militantes de humo Goebeliano imponen un poder oscuro y ambicioso, cualquier puntero político tiene más antecedentes que Al Capone.
Argentina ha perdido sus alas y sus pies, sus ojos cerrados, retrocede reptando muda y sorda, y va metiendose de cola en la tierra como un gusano.
Argentina tiene miedo, Argentina es cobarde.
Si el Súper Héroe termina bien su trabajo deberá morir, como cualquier héroe, o se irá a vivir a Júpiter, o a una comunidad de viejos hippies, porque, por más Súper Héroe que sea, puede caer en la tentación de convertirse en dictador.