Aprender, aprendiendo
“En esto comenzó a llover un poco, y quisiera Sancho que se entraran en el molino de los batanes; más habíales cobrado tal aborrecimiento don Quijote por la pesada burla, que en ninguna manera quiso entrar dentro; y así torciendo el camino a la derecha mano, dieron en otro como el que habían llevado el día de antes”
(Capitulo XXI. Don Quijote de la Mancha)
Cada día nos levantamos de una manera diferente, aunque en ocasiones no nos damos cuenta de ello. Depende, claro está, de nuestro entorno más cercano y claro de nosotros mismos. En estos días han sido muchas las personas que de una manera directa o indirecta han visitado Galicia. Todos se han metido en ese largo camino de la vida. Cada uno ha desarrollado su labor lo mejor que ha sabido y con la intención de dar a conocer esos conocimientos, ese aprendizaje a los demás. Lo curioso es que cuando vamos a una exposición, a una conferencia o cuando simplemente leemos un artículo de prensa, no nos paramos a mirar el trabajo o el esfuerzo que ese autor o autora ha realizado al componer el mismo.
Los libros
Los libros, los cuadros, la pintura, el contenido y el continente como diría Tomás Alcoverro son una parte importante del mismo. Hace unos meses salía publicada la cuarta edición de: “Baba Om. Una odisea mística” (Ediciones La Llave) Su autor, Tom Heckel nos describe en el mismo cual ha sido su itinerario de vida, ese punto de encuentro desde que se decidió a ir a la India hasta el día de hoy y lo que sucedió. De su lectura amable y enriquecedora, este volumen se suma a esos trabajos, que otros antes han escrito, pero al leerlo, al pasar hoja tras hoja, nos damos cuenta de cuales han sido las motivaciones que han impulsado a su autor a tomar esa dirección. Lo mismo sucede con los pintores y con aquellas personas que han desarrollado ese arte o han hecho del mismo una necesidad para poder vivir. Se han agarrado a él y cuando menos se lo esperaban después de pasar horas y horas todos podemos ver el resultado. El resultado en el caso de Tom Heckel son quinientas páginas escritas desde el corazón para el lector. En donde su autor no solo habla de la experiencia con letras mayúsculas sino de los distintos vericuetos que ha tenido que pasar para poder llegar… Otros como es el caso de Julián Ardura con un block en la mano y con la sabiduría de un sabio es capaz de estar quieto, tranquilo dibujando aquello que tiene a su alrededor y hacer de esa pintura, de ese entorno, una torre, una casa o un pazo. Lo que sus ojos le permiten o simplemente tiene al alcance de la mano.
Lugares como Betanzos, o pequeños pueblos gallegos son los que utiliza y son utilizados por este y otros autores para poder llegar a ese Arte que en ocasiones suele llevar horas y horas. Pero, ¿en qué cuadernos? No todos los cuadernos valen, o todos los lápices. Cuando escuchas a estos sabios te quedas perplejo por emplear un término… El resultado es satisfactorio para el oyente, para el lector, pero su elaboración e incluso en ocasiones en la obra literaria su traducción es algo muy importante y de agradecer.
¿Hay diferencias entre escribir, narrar o pintar? Cada trabajo se hace de una manera determinada, pero para algunos su labor es tan importante que el tiempo pasa sin darse cuenta. Incluso en ocasiones le quitan el mismo a otros quehaceres y a sus propias familias.
“El laberinto del Amor” es otra de esas obras para leer y releer una y otra vez. Su autor el profesor Óscar Pujol de visita en Galicia es la sencillez personificada y uno se da cuenta de ello tan solo al oír sus primeras palabras. Llegar a unir Occidente y Oriente parece uno de sus cometidos. Emplear no una lengua sino varias lenguas para lograr ese pensamiento contemporáneo, para unir en una misma frase varios términos, pero al fin y al cabo, frases que tienen una continuidad, aunque estas sean diferentes. En sus comentarios, en sus pequeñas o grandes narraciones como es el caso del libro “Benarés. La ciudad imaginaria” Una edición de Álvaro Enterría. Nuestro protagonista escribe un capítulo titulado: “Benarés, Divina Algazara” vemos ese sentimiento o sensibilidad que todos estos autores tienen. ¿Se puede comenzar hablando de una cosa y llegar a otro punto o vivir en una ciudad o país distinto del nuestro? nos preguntamos. Parece ser que sí. Su lectura de un Quijote actualmente de máxima actualidad es lo que nos ha llevado a comprender el trabajo y lo que ello conlleva. Y desde luego, tenemos que tener en cuenta el gran legado cultural de nuestros intelectuales, de nuestros pensadores. Pronto veremos su diccionario sánscrito/castellano y eso nos produce una alegría inmensa. Pasar las páginas de una obra, mirar una pintura una vez terminada y que el autor te cuenta cual y como ha sido su elaboración es algo muy de agradecer. Por eso en está pequeñísima columna de Domingo en creandotuprovincia.es quisiéramos agradecer todo el trabajo efectuado por estas y otras personas que nos han legado manuscritos y grandes obras de Arte. Y quizás, digo quizás por miedo a equivocarme han hecho del Arte, del Conocimiento, del Lenguaje, de la Pintura y de la Vida misma una necesidad.
Recomendamos para este verano:
- Baba Om. Una odisea mística. Tom Heckel (Ediciones La llave)
- Benarés. La ciudad Imaginaria. Edición de Álvaro Enterría.
- La sabiduría del bosque. Antología de las principales Upanisáds. Edición y traducción de Félix G. Ilárraz y Óscar Pujol. (Trotta)
- www.ardura.org /www.edicioneslallave.com