Aparecen carteles a la puerta de casas de A Rúa para protestar contra los excrementos de los perros en las calles
Culpan a los dueños de mascotas de no cumplir la obligación de recogida y retirada de las heces de los animales de la vía pública
La obligatoriedad, ya sea moral o por ordenanza municipal, de la recogida de los excrementos de los perros de la vía pública no se la toman en serio una parte de los ciudadanos que tienen una mascota. Así ocurre en A Rúa, donde algunas calles están todos los días llenas de suciedad debido a las heces de los canes.
Esta circunstancia genera malestar entre los vecinos de calles especialmente afectadas por este problema como es Arnaveca , As Fontes y Campogrande, entre otras. Tal es así, que en los últimos días han aparecido carteles de protesta, a las puertas de casas de distintas calles, contra los dueños de perros que son incívicos para ver si recapacitan y cumplen con lo que sí hacen las personas responsables : la recogida de los excrementos en bolsa de plástico y depósito en el contenedor.
Afectados por el problema, que prefieren omitir su nombre, se quejan de que “todos los días a la puerta de casa nos aparece esto. Es un asco. Ensucian las aceras y da muy mala imagen. Llevamos así mucho tiempo y la culpa no es más que de los dueños, que no respetan a los demás, no tienen conciencia”.
El problema es viejo, hasta el punto que el anterior grupo del PP llevó a cabo una campaña de concienciación entre la población, cuyos carteles todavía están pegados sobre farolas y mobiliario público, que no ha servido para erradicar el problema, al igual que hicieron los gobiernos locales anteriores. No en vano, los socialistas fueron los primeros en promover los contenedores para dispensar bolsas de plástico para la recogida de excrementos. Y ni así. Y la alcaldesa de A Rúa, la nacionalista María Albert, afirma que “existe unha Ordenanza municipal de Convivencia que regula o tema con sancións específicas, ademáis de que O Concello ten feito campañas específicas para sensibilizar á poboación”.
Y es que la raíz del problema “ está en la conciencia de los dueños de perros, no están mentalizados de que tienen que recoger los excrementos, que deben tener una conducta responsable”, exponen afectados sin mostrar sorpresa de la curiosa aparición de los carteles protesta a las puertas de las casas. “No nos extraña pues los excrementos están a la vista de todos”, aclaran.
Los carteles, hechos a mano, denotan enojo ya que dispensan insultos a la generalidad de las conductas incívicas. “Está claro que tanta campaña de concienciación no cuaja y que lo suyo sería proceder a las sanciones que dictan las ordenanzas municipales”, concluyen.