“A Solaina” una casa particular de Fontei de más de 700 años de antigüedad para dar cobijo a los peregrinos cumpliendo con la vieja tradición de la hospitalidad

  • Dos caminantes de Talavera de la Reina: “el Camiño de Inverno es duro, pero está en estado puro y eso es lo que buscamos”
Jesús Iglesias y Eva Corrochano, peregrinos de Talavera de La Reina en Fontei

Jesús Iglesias y Eva Corrochano, peregrinos de Talavera de La Reina en Fontei

 

Más de 4.000 peregrinos, la mayor parte de ellos extranjeros procedentes de Norteamérica, Alemania, Francia, Australia, Italia, Holanda  y Bélgica pasaron por el Camiño de Inverno en el último año, una cifra que sigue una línea ascendente.  Una pequeña parte de ellos, unos 200 al año, hace noche en la Casa A Solaina de Fontei  (A Rúa), el albergue que abrió en su propia vivienda, en 2011, la presidenta de la Asociación de Amigos do Camiño de Santiago por Valdeorras , Asunción Arias.

Asución Arias (en el centro) con los peregrinos de Talavera de La Reina

Asución Arias (en el centro) con los peregrinos de Talavera de La Reina

 

Esta casa, de 700 años de antigüedad y que formó  parte de la “Casa del diezmo” (donde se recaudaba dicho impuesto),  es mucho más que alojamiento, es sinónimo de la vieja hospitalidad pues cumple con una tradición olvidada en Valdeorras: acoger “ós que viñan polo camiño na casa”, algo que equivale a un trato cercano y familiar. Además, Asunción Arias, informa al detalle  y con pasión del Camiño de Inverno a cada persona que pernocta  en su casa.

Interior del albergue de A Solaina

Interior del albergue de A Solaina

 

“A Solaina” de Fontei dispone de 11 camas para los peregrinos repartidas en tres dependencias,  pero el albergue no es un negocio, aclara Asunción Arias,  pues “aiquí o que se está facendo é pura hospitalidade. O  que  entrega o peregrino é unha cantidade mínima,  emprégase para pagar á señora da limpeza, á plancha, ó desayuno e a luz. Todo revirte nos propios peregrinos”.

De hecho,  recuerda que fue a petición del colectivo y, concretamente del hoy presidente de honor, Ramón García, el motivo por el que abrió su casa a los peregrinos debido a la escasez de alojamientos. “Eu accedín ca condición de que no intre que o Concello de A Rúa crease un albergue eu automáticamente pecharía”.

Y dicha hospitalidad la atestiguan los propios peregrinos como es el caso de un matrimonio de Talavera de La Reina (Toledo) alojado aquí esta semana,  Jesús Iglesias y Eva Corrochano. Cuentan que A Solaina “hemos estado de maravilla, nos han tratado muy bien y nos han informado”.   Además, describen su asombro por la belleza del Camiño de Inverno y advirtien que “tiene su dificultad, pues es un camino duro, hay que estar preparados físicamente para hacerlo. Pero estamos encantados”.

Preparándose para volver al camino después de dormir en A Solaina

Preparándose para volver al camino después de dormir en A Solaina

 

Escogieron el Camiño de Inverno huyendo de la masificación del “Francés” y por “una promesa religiosa”. La experiencia ha sido un acierto: “El camino está en estado puro, pero eso es lo que buscamos”. Y argumentan que “estamos disfrutando del paisaje y, sobre todo, de las personas pues nos gusta conversar con los vecinos”.

Momento de abandonar el albergue de A Solaina y de volver al Camiño de Inverno

Momento de abandonar el albergue de A Solaina y de volver al Camiño de Inverno

 

En este sentido, concluye satisfechos que “el peregrino llama la atención en el Camiño de Inverno y algunos vecinos nos acompañaron en un tramo, conversan con nosotros e, incluso, nos han ofrecido unas manzanas en el Bierzo. La propia gente nos da información. Es fabuloso”.

Abandonando el albergue A Solaina para retomar el Camino

Abandonando el albergue A Solaina para retomar el Camino

 

El Camiño de Inverno está vivo.

 

 

 

 

 

 

 

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