O Barco pierde 428 habitantes , A Rúa, 400 y Vilamartín, 610 en una década
- La comarca de Valdeorras sigue la tendencia general de descenso de población y ayuntamientos como O Bolo han adoptado medidas para frenarla que no han dado resultado
La comarca de Valdeorras ha registrado una pérdida de población en la última década que no sólo se ceba con el medio rural sino que afecta a todos los municipios del enclave, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). O Barco tiene ahora 13.785 habitantes, tan sólo 85 más que en 2005 y 428 menos que en 2009, año en el que alcanzó su máximo histórico (14.213). Además de la baja natalidad, en el dato influye el retorno de inmigrantes a sus países de origen a raíz de la crisis y la partida de jóvenes hacia otros lugares en busca de oportunidades profesionales. Y la explicación es válida para el resto de ayuntamientos de la comarca.
A Rúa registra una pérdida paulatina, año tras año, desde 2005, concretamente 400 habitantes menos ya que en este momento tiene 4.595 y, hace 10 años, tenía 4.996.
Vilamartín registra 610 habitantes menos (en la actualidad tiene 1.473) que en 2005, mientras que Carballeda ha perdido en la última década 393 (tiene 1.698 frente a los 2.041 de 2005).
Petín cuenta con 133 habitantes menos y hoy no llega a los mil (cuenta con 953 frente a 1.086 de 2005). En el caso de Larouco, siendo el municipio más pequeño también registra un descenso de 98, pasando de su máximo histórico de 624 en 2007 a los 526 actuales (en 2005 tenía 569).
Viana ha perdido 538 habitantes pues en 2005 tenía 3.575 y, en 2015, 3.037. En el caso de A Veiga, cuenta con 327 habitantes menos que hace 10 años (1.273), concretamente tiene 946.
Algunos ayuntamientos han intentado recuperar población. Así, el Concello de O Bolo puso en marcha hace un año un programa todavía vigente para tratar de frenar la despoblación y, al mismo tiempo, garantizar la permanencia del colegio de la localidad ya que de la existencia de alumnos depende su continuidad. La medida, dirigida a familias con hijos menores de 10 años que quieran instalarse en el municipio, consiste concretamente en subvencionar el alquiler de viviendas en el que el Concello participa mediante una ayuda durante dos años que cubre parte del alquiler. Para llevar a cabo el programa, el Concello de O Bolo confeccionó una bolsa de viviendas con todas aquellas que los vecinos interesados quisieron incluir y que estuviesen en condiciones óptimas de habitabilidad. Sin embargo, no se materializó ni un solo alquiler pues tan sólo se interesó una vecina de Asturias por esta iniciativa y, finalmente, no optó a ello. En Larouco, también, durante la última década se destinaron partidas para financiar la natalidad.
No obstante, hay ayuntamientos que ven difícil la recuperación de población mediante las citadas medidas. Es el caso del de Viana cuyo alcalde, Secundino Fernández, dice que “oi máis fácil e destinar cartos. Pero non creo nesa solución. O máis importante e crear servicios para tratar de manter a poboación e iniciativas para xerar emprego”.
Sea como fuere, Valdeorras sigue la tendencia general de Galicia y otras Comunidades Autónomas española de envejecimiento de la población y la “huida” de jóvenes a otros países en búsqueda de empleo tal y como revelan las estadísticas.