Corresponsales: Los ojos de…

“En Bosnia yo encontré a tres corresponsales españoles que hicieron un gran esfuerzo por encontrar la verdad, Alfonso Armada, Ramón Lobo y Ricardo Ortega” (Juan Goytisolo)

Roberto Carlos Mirás Mirás

Roberto Carlos Mirás Mirás

Cuenta Orhan Pamuk en las primeras páginas de su libro “Estambul. Ciudad y Recuerdos” (Editorial Mondadori) que le gustaba hablar de ese otro que era el mismo y se creaba así unos personajes, unas historias que le hayan llevado a ser lo que es hoy. Muchos periodistas hacen ese mismo trabajo, cuentan historias para cómo dice el dicho ya muy utilizado, estas no se vuelvan a repetir. Iniciamos está vez una conversación sobre periodismo que sucedió como las historias hace ya algún tiempo, RAFAGAS.

  ¿Una conversación sobre el fotoperiodismo? ¿Cual es el trabajo que realizan los fotoperiodistas antes de salir los periódicos a la calle? ¿Cómo es posible que todos los gobiernos españoles desde Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, hasta el actual, han permitido la vergonzosa venta de armas?, ¿Y como es posible que los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU sean los mayores fabricantes de armamento del mundo?

  “A mi como español me da vergüenza ver minas españolas en zonas de conflicto. Llevo veinticinco años y cuando tengo la ocasión de hablar con algún político se lo digo a la cara. Simplemente la obligación de la prensa es controlar todo esto. Y la población debe de pedir explicaciones al Gobierno” ¿Y España, cual sería su papel? “Los gobiernos en concreto el español a penas se ha interesado por la victimas, por su futuro. Hay que ayudarlas por el respeto que se merecen. Por lo menos que tengan unas ayudas en caso de los jóvenes y que se hagan unos talleres para personas de cierta edad. Hay que darse cuenta de que somos el octavo país en venta de armas del mundo”

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 Así de claro y contundente, amen de responsable habla el periodista, Gervasio Sánchez. Se le ha podido escuchar en distintos foros, pero sus “armas” son la fotografía y la pluma. Nacido en un mes de Agosto de 1959 en la ciudad de Córdoba. Al escucharlo sólo puede reinar el silencio. Es en el año 1984 cuando decide dedicarse a dar a conocer lo que sucede, se involucra en las historias, en más de dos decenas de conflictos armados para distintos medios de comunicación. En el año 2009 ha recibido el Premio Nacional de Fotografía que concede el Ministerio de Cultura. Y dado el interés nos hacemos eco de sus palabras en un foro ya celebrado, pero no por ello, menos interesante. “Rafagas. Ética, periodismo y arte. Durante el 24, 25,26 y 27 de Octubre de 2013”  en La Coruña. Amen de otros fotoperiodistas que han disertado en sus diversos campos. Desde José Cendón, autor de “Billete sin salida. El secuestro de un reportero español en tierra de piratas” (Temas de Hoy) Javier Bauluz, o, Pepe Baeza, Chema Conesa, hasta John Morris: “La edición grafica: ¿un arte perdido? Y también hemos podido asistir a un encuentro en donde se hablaba de: “Sarajevo. 1992-2008” Entre el propio Gervasio Sánchez, Delmí Álvarez “Reportero de guerra en Yugoslavia” (Editorial Xerais) y Alfonso Armada, “Cuadernos Africanos” (Península) o “El sueño Americano” (Ediciones del Viento) Precisamente cuando escribimos esta columna para creandotuprovincia.es acaba de salir un excelente trabajo de Alfonso Armada con prólogo de la escritora y autora de “La hija del Este”, Clara Usón y fotografías del propio Gervasio Sánchez. Ya mucho antes el actual Premio Cervantes Juan Goytisolo publicaba también, “Cuadernos de Sarajevo” (Editorial Aguilar) pero no nos enredemos en este “nuevo” trabajo publicado por Malpaso se une el arte de la fotografía, la narrativa, la experiencia de la guerra y el sufrimiento de las mujeres y los hombres. ¿Quién es Alfonso Armada? Nace en Vigo en 1958, pero su trayectoria profesional ha sido principalmente en Madrid. Y fue enviado especial del diario El País a los Balcanes y a África y como corresponsal del diario A.B.C en Nueva York. Actualmente dirige el máster de periodismo e impulsa uno de los proyectos de periodismo más interesantes de estos momentos, FronteraD.

“Poeta, periodista y hombre de teatro, el lenguaje de Alfonso Armada alcanza su más alto nivel de precisión en incandescencia cuando escribe desde el corazón en una zona de conflicto”

(Eduardo Lago)

“Estos diarios de Alfonso Armada constituyen un testimonio impagable del último conflicto bélico de Bosnia. Están escritos con tanta verdad e inmediatez, con tanta habilidad, que al leerlos se tiene la impresión de estar allí, en Sarajevo, bajo las bombas con los sitiados, y uno se indigna, se conmueve y se pregunta- escribe Clara Usón-, al igual que su autor, como podía Europa permitir que en una ciudad europea hubiera francotiradores, disparando, sobre todo aquel anciano, niño, mujer, anciano o civil- que se atreva a moverse por la calle”

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¿Qué haríamos si no tuviéramos imágenes? Por primera vez son nombres anónimos los que cuentan su historia. Hacemos nuestras las palabras de Gervasio Sánchez: “Hay personas que lo hacen sin creer en las palabras que están diciendo” A lo que añade: “La gente habla por hablar igual que muchas personas preguntan por preguntar” Y vuelve a añadir: “A ver cuando se le pregunta a nuestro presidente, (se refiere en aquel momento a José Luis Rodríguez Zapatero) sobre la venta de armas, a ver si aparece alguna pregunta, no sé por que, pero nunca aparece esa pregunta” En su haber desfilan nombres como, “Kosovo, Crónica de una Deportación”, “La Caravana de la Muerte, las víctimas de Pinochet” (ambos en editorial Blume), “Mi primer reportaje sobre la “caravana de la muerte” lo publiqué el 17 de mayo de 1987 en el diario español El País. Me atreví a decir con el riesgo que uno asume cuando es joven que el escándalo amenaza con salpicar al General Pinochet y luego escuchar: “La familia de Pinochet pide clemencia”. “Niños de la Guerra o Vidas Minadas, Sierra Leona, guerra y paz” (También en E. Blume)  O “Niños Soldados” (E. Debate) son algunos de sus trabajos. Quizás sean estos dos últimos libros los que han marcado la vida de este periodista, Sierra Leona. Y con la muerte de Miguel Gil, el 24 de Mayo de 2004, se encarga de la edición junto a Manu Leguineche de “Los Ojos de la Guerra” (Plaza &Janes) en donde 70 corresponsales recuerdan a Miguel Gil y a Kurt Schork. Y es Chema Caballero, autor de: “Los hombres leopardo. Se están extinguiendo” (PPC) un joven misionero javeriano uno de sus protagonistas. Regresa a Sierra Leona en abril de 1999 con una clara visión: dirigir un programa de rehabilitación, de acogida y reinserción de niños soldados y guerrilleros. En la fila le esperaba Abubakarr Kallay, un joven de diecisiete años muy violento, cuyo nombre de guerra es Killer (Asesino) Lo primero que hace cuando llega a la habitación es entregarle una bolsa de plástico con un escueto “Tengo un regalo para ti” Chema la abre y se encuentra con la calavera del primer hombre que Killer mató. La lleva en su morral desde hace siete años y le sirve de amuleto. Ahora ya no desea presumir de sus fechorías. “Veo al hombre – sigue Gervasio-, que vende armas, o al que las fabrica o al político con una doble moral, veo el cinismo absoluto y por otra parte también veo lo mejor del ser humano. Ese hombre heroico, ese hombre que lucha por su dignidad, o, a ese hombre que se defiende de la guerra con una actitud muy bella que hace de contrapeso al hombre brutal y ahí radica mi compromiso y el trabajo con estas personas” Lo soldados infantiles han sido utilizados como escudos humanos antes de ser entrenados como auténticos soldados. Muchos han sido utilizados como espías para informar sobre los movimientos de las tropas gubernamentales. ¿Y las niñas –nos preguntamos? Casi todas las niñas secuestradas han sido utilizadas como esclavas sexuales por los oficiales y comandantes guerrilleros. “El mundo es injusto y ocurren cosas muy desagradables y creo que a veces en los medios de comunicación es difícil buscar un equilibrio entre lo que yo creo que deberían mostrar y lo que hacen”

 

A pesar de haber elaborado el Tratado de Ottawa el 3 de Diciembre de 1997, en los ocho últimos años se ha informado sobre cerca de 58.000 nuevas victimas. Junto a esta cifra, las estimaciones indican que se producen entre 15000 y 20.000 nuevos accidentes cada año por causa directa de las minas o munición sin explotar, muchos de ellos en países que ya no están en conflicto armado. “Las minas tienen más efectividad cuando la guerra se ha acabado que cuando están en su máximo apogeo, durante la guerra los combatientes utilizan las minas para delimitar fronteras, pero las minas se quedan ahí” En su libro, Vidas Minadas aparecen 365 personas que nos cuentan su historia. Primero fueron Camboya, Angola, Mozambique, Bosnia, El Salvador y Nicaragua y ahora nos presenta historias nuevas situadas en Iraq, Colombia y Camboya. Sólo en Camboya, hay más de 35.000 personas que han sufrido amputaciones como consecuencias de las minas. A través de sus ojos, Gervasio ha ido una y otra vez a esos lugares en donde ha mantenido una relación de amistad de más de doce años con sus protagonistas no son victimas, son personas. “Los periodistas deben de hacer periodismo de gran calidad. El periodismo se ha convertido en un arma, unos para utilizarlo políticamente, otros para comercializar productos y otros para hacerse sus propias carreras meteóricas”  Sokheurm fue herido por una mina el 10 de Enero de 1996 cuando se dirigía al colegio con Chai Chun, su mejor amigo, muerto en la explosión. Un principio de gangrena obligó a los cirujanos a amputarle una pierna derecha trece días después en una operación que duró cuarenta y cinco minutos. Actualmente participa como activista en la campaña internacional para la erradicación de las minas y viaja a menudo al extranjero. En 1989 a Joaquina la explosión de una mina le amputó una pierna izquierda y mató a sus dos hijas. A los pocos días del accidente su marido la abandonó. Hace un par de años, éste decidió regresar de nuevo a su casa acompañado del hijo que tuvo con otra mujer y hoy pasa la mayor parte del día bajo los efectos del alcohol. Hoy Joaquina se encuentra sentada mirando como sus hijos saltan a la comba. Algunos días saca su vieja maquina de coser y remienda la ropa de su vecinos a cambio de unas monedas. Adis Smajic fue herido el 18 de marzo de 1996 por la explosión de una mina anti- persona que le produjo profundas cicatrices en la cara  y otras partes del cuerpo, perdió su ojo izquierdo y sufrió la amputación de su brazo derecho. Desde su accidente ha sufrido más de una treintena de operaciones quirúrgicas. Y ha viajado en siete ocasiones a Barcelona para someterse a diferentes operaciones de cirugía estética, la última operación de reconstrucción de su rostro tuvo lugar en Octubre de 2004. Pero ha encontrado el amor en una chica y dice contento: “Tengo una chica y puedo hacer planes de futuro con ella. Por primera vez me siento una persona como las demás” En estos diez años del Tratado, la financiación destinada a los programas de atención y rehabilitación de supervivientes de las minas anti persona suma alrededor de 154 millones de euros. En 2005, la cantidad aportada por los países donantes apenas representó un diez por ciento de la financiación de estos programas. Una cifra insuficiente. “¿Quién no siente compasión por la situación de las víctimas y la obligación de cuidar de ellas como si fueran sus hijos?”

 

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