El Necronomicron y la Tiotimulina Resublimada
El genial y multifacético Dr. Isaac Asimov, creador de memorables relatos de Ciencia Ficción y Divulgación Científica e Histórica poseía, además, un extraordinario y corrosivo sentido del humor.
Con espíritu claramente burlón escribió un cuento exagerando las características de los ensayos científicos titulado pomposamente «Las Propiedades Endocrinas de la Tiotimulina Resublimada».
Publicado por primera vez en el año 1948 en la revista Astouding Sciencie Fiction, claramente no científica, dicho cuento siguió apareciendo en numerosos libros de ficción en recopilaciones del autor.
El relato describe satíricamente las increíbles propiedades de una sustancia ficticia, llamada Tiotimulina, tan pero tan soluble en agua que se disuelve «antes»de tocarla.
Es más, se describen experimentos de laboratorio donde la Tiotimulina sortea engaños, por ejemplo, un científico finge que se la va a sumergir y eso no es verdad entonces la sustancia no se disuelve, pero cuando finge que no se la va a sumergir y la intención es hacerlo la sustancia se disuelve.
Incluye complicados gráficos sin pie ni cabeza, pero con apariencia de imponente academicismo meticuloso además de citas apócrifas, detalles que hasta un lego absoluto pero con sentido común y humor entiende que es sólo un cuento satírico.
El Dr. Asimov, socarrón, propone que la Tiotimulina en realidad no presiente al agua, que, en realidad, viaja unos segundos al futuro, y eso explica satisfactoriamente el éxito al disolverse o no según sea real o no la futura inmersión.
Concluye que esa sustancia será un avance impactante en los viajes interplanetarios o intergalácticos, colocando un poco de Tiotimulina en la nariz de una nave espacial y agua delante, efecto burro- zanahoria la sustancia viajará en el tiempo para disolverse en el agua arrastrando a la nave con ella hacia el cosmos sin gasto de energía. O casi.
El Necronomicon es un libro ficticio, inventado por el escritor de fantasía H. P. Lovecraft, mencionándolo por primera vez en un cuento del año 1922.
Lovecraft lo utiliza varias veces en su narrativa en los años siguientes. Cuenta que fue escrito por un Árabe Loco llamado Abdul Al – Hazred, quin visito o vislumbro pavorosas regiones en otras dimensiones, su sola lectura induce a la demencia, es un libro de saberes arcanos y espantosos hechizos, Lovecraft , prudente, sólo hace referencia a supuestas breves citas para conservar el misterio. Además que, obviamente ni el ni nadie puede escribir un libro que enloquezca a cualquiera con sólo leerlo.
En cambio, describe minuciosamente el aspecto de dicho libro, esta forrado en piel humana, es negro, emana inquietantes atmósferas de terror, es indestructible ya que vibra en varias dimensiones por lo tanto su aparente solidez es igual a la apariencia de solidez de una hélice de avión girando a toda velocidad. Imaginación portentosa.
Dicho esto, se contará de como actúa la omnipresente estupidez, y no se agregará la palabra humana porque la estupidez es muy rara en los animales.
El el caso de la Tiotimulina , durante años, existieron frenéticos pedidos y hasta exigencias de estudiantes de ciencias y científicos reclamando una muestra, por más que el Dr. Asimov se cansó de explicar que fue un cuento escrito en su época de estudiante para burlarse de los académicos. Hasta algún científico paranoico salió de su eje acusando al afamado Dr. Asimov de tener una conspiración con vaya a saber que poderosa potencia para ocultar la preciada sustancia del ojo avizor del científico independiente.
El cuanto al Necronomicon, en cierta medida, fue peor.
Muchas, demasiadas personas, buscaron el libro en las bibliotecas donde, según Lovecraft existían copias, exigieron, rogaron y hasta amenazaron con juicios y otras estupideces a los sorprendidos bibliotecarios, es más, reclamaban hasta a una Biblioteca inexistente creada también por Lovecraft.
Y el astuto que nunca falta, vio la veta, y escribió el Necronomicon.
No como una novela inspirada en el maestro de la literatura fantástica, o un homenaje, lo escribió como si fuera una copia del «verdadero».
Y una legión de elevados imbéciles fueron indeciblemente felices al adquirir el libro mágico.
Imitando las vaguedades de las citas de Lovecraft, en resumen no dice nada, y lo más patético es que los poseedores del libro en su mayoría desconocen la bibliografía de Lovecraft, y discuten cuchillo en dientes que es un libro mágico auténtico. O algo así.
Lo indiscutible es que el Necronomicron no induce a la locura, pero es un imán de locos.
Propongo editar «Historia sin Fin», no la novela, por supuesto, el libro que originó a la novela.
También la Bitácora del Nautilus, los Cuadernos Colegiales de la Dra. Susan Calvin, el Manual de Robopsicologia, los Planos de un Cerebro Positronico, un Chip de Hall, el Arbol Genealógico de los Lannister, los Experimentos del Dr Frankestein , también los Experimentos realizados para convertir a Sirio en un perro con el coeficiente intelectual de Einstein, Las Observaciones de las Razas de Todos los Planetas que visitaron Los Súper Señores de Clarke, et cetera.
Eso si, los derechos de tales obras están ya reservados, no sea cosa que esta nota de más ideas para alimentar pavotes.
Texto e ilustración: Sonia Drusila Trovato Menzel