Dependencia
De nuevo para escribir este artículo me remito al último encargo que tengo sobre mi mesa y esta vez hablaré de él a través de las condiciones de adaptación que debe realizarse en una vivienda cuando alguno de sus miembros tiene problemas de movilidad.
El encargo consiste en hacer adaptable una vivienda unifamiliar de tres plantas, la vivienda está ocupada actualmente por dos adultos, uno de ellos presenta graves problemas de movilidad y dos adolescentes.
Hasta hace muy poco, en esta vivienda, los elementos estructurales no presentaban ningún inconveniente para la movilidad de sus moradores pero ahora mismo es una trampa para uno de ellos.
Adaptar esta vivienda pasa por instalar un ascensor pues una rampa ocuparía tanto espacio que no es viable, modificar el baño de la habitación doble, anular esas zonas de la vivienda donde la silla de ruedas no da un giro completo…en fin hay que retocar varios elementos para que nuestro cliente no sea tan dependiente de los otros habitantes.
Todo esto ha traído a mi memoria mis años de estudiante donde veía sorprendida como a la hora de diseñar interiores las normas de adaptabilidad no eran de obligado cumplimiento.
Ir al cine y comprobar que una silla de ruedas no dispone de zona de “aparcamiento” o ver como en el edificio principal de Correo solo había escaleras para acceder. Durante esos años en el mejor de los casos en algunos edificios públicos tenían una puerta trasera que ponían a disposición de personas con movilidad reducida pero poco más.
Por supuesto los locales de inversión privada no contaban con ningún aseo adaptado, aunque siempre me indignaba más la dejadez en recintos públicos puesto que se han realizado con el dinero de todos incluidos los que después no podían entrar o tenían grandes dificultades.
Por suerte desde hace unos años se ha redactado un nuevo código de edificación el CTE (Código Técnico de la Edificación), código indispensable para los diseñadores de interiores, en donde es de obligado cumplimiento que los lugares de pública concurrencia sean accesibles…UFF!! MENOS MAL.
Por eso ahora cuando voy al edificio principal de correos contemplo con orgullo el ascensor adaptado, me encanta cuando entro en el aseo de una cafetería de reciente apertura y lo veo adaptado…sí señor.
Que la mayoría podamos movernos sin problemas no quiere decir ni mucho menos que no haya una parte de la población que no lo puede hacer pero que en muchos casos con ayudas arquitectónicas lo hacen sin problemas.
Me encanta como decoradora que mi trabajo ayude a la gente a ser más feliz, debo decir que no son los casos donde la gente se siente más feliz porque evidentemente la adaptación de una vivienda no se realiza porque haya acontecido una alegría en la casa sino todo lo contrario pero en cualquier caso mi trabajo ayudará a que todo sea más fácil.
No es justo hacer las cosas para una mayoría aunque alguien me dijo un día que eso era “la injusticia de la democracia”…no me gusta esa frase aplicada a las personas y creo que todo va mucho mejor si se tienen en cuenta a las minorías.