Riguroso luto y lágrimas para despedir el carnaval
- El entierro de la sardina en A Rúa se desarrolló con muchos lloros, procesión, quema de la sardina y reparto de bocadillos
Llegó la despedida del carnaval. Cada una de las localidades de la provincia de Ourense hicieron su particular y singular ceremonia para enterrar a la sardina. A Rúa Vella desplegó su antiguo ritual, en el que además de recitar y cantar letanías, se lloró con intensidad, y con un riguroso luto, la muerte de la sardina.
Sacerdote y sacristán (interpretados por miembros de la Agrupación A Ruada) encabezaron una nutrida procesión, seguida de la sardina a hombros, plañideras y vecinos, con paradas intermitentes a lo largo de su recorrido para gritar, cantar, llorar, bendecir y recitar versos de despedida al carnaval.
Ya en la Plaza César Conti, fue prendida una hoguera para quemar a la sardina y a los “mecos” con un profundo pesar. Después, se repartieron bocadillos de sardinas entre los asistentes.
Este año, la ceremonia incorporó una novedad-sorpresa. Sacerdote y sacristán se quitaron los hábitos y se convirtieron en “viudas alegres” marcándose una danza antes de la quema.
“El Entroido ya murió y vamos a enterrarlos…todos juntos y con luto no paramos de llorar porque llega la cuaresma y las formas hay que guardar”, rezaba una de las estrofas de las letanías.
Un año más, la ceremonia contó con una elevada participación.
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