Pablo Diéguez, ciclista de A Rúa, acudirá a la Titan Desert, la prueba más dura y extrema en bicicleta que discurre por el desierto de Marruecos
- Tendrá que realizar 130 kilómetros diarios durante seis jornadas bajo temperaturas de 50 grados con riesgos como la deshidratación y expuesto a peligros como las picaduras de escorpiones
Pablo Diéguez Cerdeira, vecino de A Rúa de 35 años, acudirá el próximo mes de abril, desde el 30 al 5 de mayo, a la Titan Desert, el “París-Dakar” de la bicicleta, una de las pruebas más extremas y duras para un ciclista pues discurre por el desierto, en el sur de Marruecos.
Este joven de A Rúa Vella, uno de los 600 participantes de todo el mundo que acudirán a la cita deportiva, tendrá que pedalear una media de 130 kilómetros diarios durante seis jornadas (son 700 kilómetros) y soportar temperaturas de hasta 50 grados centígrados; atravesar dunas, sufrir ventiscas de arena, orientarse en un territorio sin señalizar y aguantar largas etapas. Además, estará expuesto a la deshidratación y a llagas en la piel por el intenso calor y el roce con el sillín de la bicicleta. Y tendrá que agudizar la vista para evitar picaduras de escorpiones, algo a lo que le resta importancia.
Ninguno de los citados inconvenientes le asusta lo más mínimo. Aunque sus amigos le han dicho que va al infierno, para él “supone tocar el cielo. Va a ser una experiencia inolvidable y extraordinaria. Lo duro sería una enfermedad, por ejemplo. Esto lo hago con gusto, es una aventura”, dice entusiasmado.
Pablo Diéguez acudirá con el Equipo Freno al ictus-Mammoth-Scott, de Madrid, plataforma que hace campaña para la prevención del ictus y enseña que el deporte es salud. Además, pretende clasificarse, es decir, “voy a intentar quedar lo mejor posible. De los 600 participantes de Titanes, menos de la mitad consiguen terminar la prueba. El que no cumpla el tiempo estimado por etapa se va fuera de clasificación. Yo quiero clasificarme”.
Este año, los participantes en la Titan Desert llevan un sistema de geolocalización por GPS para que no se pierdan como ocurrió hace dos años con un participante de Colombia y es que “el camino no va marcado”, añade.
Pablo Diéguez es consciente de esta gran aventura, de los riesgos que entraña, y acude para asumir un reto personal de superación: “La bicicleta me apasiona. Tuve una época difícil y la bici me ayudó mucho, de ahí que me anime a inscribirme. Va a ser duro pero estoy muy ilusionado y animado”.
Este joven cuenta que participar en la Titan Desert tiene un coste de unos 4.000 euros, pues sólo la inscripción ronda los 2.000 euros y, además, “hay que pagar asistencia mecánica, por si tienes averías durante la carrera, y fisioterapeuta. También es necesario llevar al menos seis equipos de ropa deportiva”. Pero no está solo, pues “tengo el apoyo de muchísima gente, desde mi familia, a los amigos y vecinos”.
Pablo Diéguez tiene mujer y un hijo de siete años que lo animan si bien reconoce que “mi familia está preocupada debido a las condiciones extremas de la prueba”. Él se lo toma con humor pues “es un reto apasionante” y entrena todos los días para estar a la altura de la prueba.