Un escultor de Argentina retrata en un mural fragmentos de la identidad de Vilamartín con técnicas precolombinas y rostro femenino

  • Ensalza la viticultura, la tierra, la gente y tradición del municipio por iniciativa de “Laurarte”, la Asociación de Artesanos de Ourense y contando con la colaboración del Concello de Vilamartín

 

A punto de finalizar el mural de Vilamartín

A punto de finalizar el mural de Vilamartín

 

Una  parte de la fachada de las piscinas de Vilamartín se ha convertido en un mural elaborado con técnicas milenarias, precolombinas,  que retrata un  fragmento de la identidad del municipio a través de una paleta de colores propia de esta tierra y su paisaje, plasmada después de un minucioso estudio cromático, del suelo y de fotografías antiguas del municipio.

El horno de la cerámica y el entorno creativo, en las piscinas de Vilamartín

El horno de la cerámica y el entorno creativo, en las piscinas de Vilamartín

 

El mural es un “canto” a los viticultores, los viñedos, el vino, la gente de Vilamartín, sus tradiciones y costumbres. Y todo ello con rostro femenino, mujeres con cestos de uvas durante una vendimia que protagonizan e infunden “alma” al mural, que también emplea el esgrafiado (técnica de la que ya hay constancia en el siglo IV antes de Cristo para grabado y revestimiento de muros).

El mural de Vilamartín casi ya finalizado

El mural de Vilamartín casi ya finalizado

 

Carlos Moreyra, maestro de la escultura de la provincia de  Buenos Aires,  ha guiado la elaboración del mural,  promovida por Laura Dubén y su sala “Laurarte” de O Barco y la Asociación de Artesanos de Ourense, con la colaboración del Concello de Vilamartín. Duben también ha puesto sus manos de artista para hacer el mural así como Leonardo Corazza, ceramista argentino, y  Carina Rodríguez, que participó como alumna para aprender y vivir la experiencia del mural.

Leonardo Corazza (ceramista), Carina Rodríguez (alumna), Laura Dubén (sala Laurarte) y el maestro Carlos Moreyra

Leonardo Corazza (ceramista), Carina Rodríguez (alumna), Laura Dubén (sala Laurarte) y el maestro Carlos Moreyra

 

Carlos Moreyra explicó que “hemos empleado técnicas precolombinas y de tribus como las de familias tupí guaraní”. Además aclaró que, como forma de expresión,  “el mural tiene un lenguaje distinto a una pintura, siempre cuenta historias del lugar mediante fragmentos. Y siempre hay que aprovechar los recursos del entorno, lo que se ve, pues todo está ahí”.

Carlos Moreyra

Carlos Moreyra

 

Para las caras del mural se elaboraron máscaras de cerámica, el rostro de las mujeres viticultoras,  que fueron cocidas en un horno improvisado  por el maestro escultor a pie del terreno.

Por su parte, Laura Dubén valoró que el mural “es una representación de Vilamartín, sus gentes y el pueblo. No sólo se han recogido los colores de la naturaleza para el mural, sino que incluso se investigaron las facciones de los rostros a través de antiguas fotos”, explica.

Laura Dubén, promotora de esta iniciativa

Laura Dubén, promotora de esta iniciativa

 

Dubén expresa su satisfacción de haber logrado  que un maestro de la talla de Moreyra, que cuenta con un reconocido prestigio avalado por distintos premios, “viniese a Valdeorras desde Argentina para  aportar sus valioso arte y conocimiento”, recordando también el espectáculo “Mi barro y yo”, que realizó Moreyra para mostrar su arte en O Barco hace unos días.

Más en imágenes:

Fase de creación

Fase de creación

 

Leonardo Corazza prueba una de las caras de cerámica sobre el mural

Leonardo Corazza prueba una de las caras de cerámica sobre el mural

 

El maestro Moreyra ultimando las uvas del mural

El maestro Moreyra ultimando las uvas del mural

 

Enfriando la cerámica

Enfriando la cerámica

 

Los rostros del mural fueron cocidos a pie del terreno

Los rostros del mural fueron cocidos a pie del terreno

 

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