Nasi: la Lora que se “fugó” de casa en A Rúa Vella y sobrevivió a la intemperie

  • Sus dueños lograron recuperarla tras algo más de cuatro días de búsqueda cuando la daban por perdida
Mari Carmen con su lora Nasi

Mari Carmen con su lora Nasi

 

Nasi es una lora que aún no tiene un año de vida y que logró sobrevivir a la intemperie algo más de cuatro días después de escaparse de su casa, en A Rúa Vella. Es una lora gris, una “Yaco”, especie considerada de las más caras (su valor supera los 1.000 euros) e inteligentes  (posee la inteligencia de un niño de dos años) ya que es capaz de aprender frases enteras e interactuar con las personas.

Jugando con la lora Nasi

Jugando con la lora Nasi

 

Sus propietarios, Mari Carmen Pérez Fernández y Roberto Macías Soto, la daban ya prácticamente por perdida cuando la alerta de un vecino, aseverando que la había visto, hizo que la búsqueda fructificase. Eso sí, no fue fácil el rescate debido a que la lora estaba asustada. Apareció un paraje cercano a la vivienda , situada en el campo de San Roque.

Mari Carmen Pérez cuenta que la lora “se escapó por una ventana del desván abriendo ella misma la puerta de su jaula. La buscamos por todas partes. Estábamos  desesperados. Pensábamos que había muerto, hasta que alguien la vio, nos avisó y fuimos a por ella. La descubrimos en un árbol. La llamamos y no quería bajar.  Había caído la noche.  Así que tuvimos que posponerlo y regresar a la mañana siguiente al lugar y fue ya cuando, por fin, descendió y la llevamos para casa.

Le gusta posarse en su cabeza

Le gusta posarse en su cabeza

 

Argumenta que en ese momento la lora “estaba muy débil. Tenía mucha sed. Fuera de casa no saben buscar alimento. Es muy difícil que sobrevivan porque los loros son delicados. Fuera hacía frío, no tenía alimento ni agua y además, en este caso,  la podía haber matado un gato . Es increíble que la hubiéramos recuperado”.

Nasi en su casa

Nasi en su casa

 

Un “yaco” como Nasi tiene un valor que supera los 1.000 euros, si bien la pérdida para su dueña ya no sería tanto económica como “personal porque estamos muy encariñados con ella. Es la mascota perfecta, se pone en mi cabeza, baja la suya para que la acaricie, imita a la perfección el sonido del wasap y tiene un carácter afable con todo el mundo”, esgrime Mari Carmen Pérez.  Y aunque los loros se emparejan siempre con una persona “rechazando a otras, no ocurre así con Nasi,  que es super cariñosa con todo el mundo”.

La aventura de Nasi quedó así en un simple susto.

Nasi por su casa

Nasi por su casa

 

 

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